CON GASTÓN CIARLO, “DINO”
MÚSICA DESPUÉS DEL TORNADO
por Nicolás Tabárez
(El
Observador / 11-10-2017)
El artista uruguayo lanzó su nuevo disco, Memorias
nuevas, en el que relata el daño y el después del tornado que afectó a
su hogar, la ciudad de Dolores.
Fueron
tres minutos. Lo que dura una canción. El tornado destrozó la ciudad de Dolores en
la tarde del 15 de abril de 2016 mientras Dino, Gastón Ciarlo, viajaba hacia
Montevideo para tocar en la Sala Zitarrosa. A bordo del ómnibus, y a una hora
de su destino, recibió la llamada de su hija Verónica, que le dio la noticia.
Mientras el vehículo se acercaba a la capital, el músico llamaba a casa y nadie
contestaba, porque la antena de telefonía estaba doblada.
"Es
grave, hoy no tocás y nos vamos para Dolores", fue el veredicto de Mario
Varela, el manager de Ciarlo cuando llegó a la Sala Zitarrosa. El viaje de
vuelta fueron 4 horas con lluvia y viento de frente. Dolores tenía luz
eléctrica en ambos extremos. En el medio era todo oscuridad. Por ahí, recuerda
el artista, "habían pasado los orcos y los trolls".
Un robusto
camión Ford de los años 50 volteado. Un auto metido adentro de una casa. Un
piano, con las teclas apretadas como si al dueño el tornado le hubiera dejado
las manos adentro. Y su casa: sin techo, con las paredes por la mitad. Los
contenidos del hogar destrozados y su hijo Santiago lastimado, cortado con un
vidrio que voló durante el desastre.
El
tornado dejó una canción. En seis minutos, el doble de lo que demoró el tubo de
aire en destrozar su ciudad, Dino relata en 15/04/16 lo
bueno, pero también lo malo, que generó la catástrofe. "La gente salía a
ayudar a los que estaban más embromados, repartiendo comida, café, agua, ropa,
sacando a los perros que habían quedado encerrados. Pero también veías que un
minuto después de 'la porquería' salían los chorros a robar los locales
comerciales y el supermercado", recuerda Dino, sentado en un sillón dentro
de esa casa que quedó destruida en abril del año pasado y que ahora luce
renovada, incluso con un mural en su fachada blanca que la hace más distintiva.
Ciarlo ayudó en la reconstrucción del
barrio, aún a pesar de estar enfermo. La hernia que tenía tuvo que ser operada de nuevo
luego del trabajo, pero no se arrepintió. Esa actividad y la música lo ayudaron
a superar lo ocurrido, pero la marca del tornado quedó arraigada.
"Uno
queda lleno de angustia y de temores, porque pudo haber pasado lo peor",
considera el músico que hace 23 años reside en Dolores, donde formó su familia.
"Acá ves el cielo siempre, no hay edificios. Hay otro trato con los
animales, el trato con la gente es más llano, es otra historia. Las amistades y
los amores se tejen con hilo de milonga", afirmó.
15/04/16 es una de las diez canciones
de Memorias nuevas, el disco que
Dino presentó en setiembre, a siete años de su anterior trabajo
discográfico, Vivo y suelto. Es un disco que se
fue armando de a poco, canción a canción, postergado por el desastre natural
pero impulsado por la colaboración de amigos y colegas que le dieron al artista
una mano para componer, o le sugirieron temas para interpretar.
Sumando memorias
El camino
empezó en noviembre de 2015 con Las Golondrinas, una
composición de Jaime Dávalos y Eduardo Falú a la que Dino tenía ganas de
interpretar desde hace años. Pero los siguientes pasos fueron complicados.
"Estábamos cortos de canciones", explicó Ciarlo. Tenía una melodía
pero le costaba transformarla en una letra. "No quería hablar de las
mismas cosas, quería tener memorias nuevas. Pero me iba para el panfleto,
entonces tire la toalla y se la pasé a Walter Bordoni, que hizo algo
imponente".
Bordoni,
su compañero en el grupo Los Kafkarudos, aportó el texto de la canción que da
nombre al disco, y la de A la hora de las lentas, un par de canciones que
tienen un tono nostálgico y reflexivo sobre el pasado. "Son memorias
nuevas, pero el pasado lo tenés adentro. Lo viviste y no se puede olvidar ni
cambiar", afirmó.
Después
vino Pan, la musicalización de un poema de Ignacio Suárez,
dedicado a la memoria de Pablo Estramín que leyó en un libro del autor; La palabra como el agua, una letra de Pablo Dobrinin
que fue enviada a Dino por Facebook como regalo, y una selección de versiones
integrada por Salvavidas de cemento, Una milonga cualquiera y A José Artigas.
"Canto
lo que me habría gustado escribir, pero no puede ser una versión
idéntica", contó Dino sobre la selección de covers. Hay uno, sin embargo,
que quedó afuera. Se trata de Bichito de luz, una
canción que no fue grabada porque el músico no lograba acertar con el tiempo de
la canción. "Ya no estoy tan claro como antes, tengo que usar un metrónomo
porque me muevo, aunque creo que estoy tocando bien", lamentó.
La fusión como guía
Memorias
nuevas es
un disco despojado y directo. Acompañado por su hijo Bruno en bajo (el mismo
del tornado), José del Acqua en guitarras y Humberto "Careca" García
en percusión, con quien toca desde hace 40 años, el trabajo de Dino es sencillo
pero mantiene la potencia y la cruza de milonga y rock que es desde sus inicios
una de sus señas de identidad. Los riffs de guitarra eléctrica se cruzan con
los sonidos acústicos y la aún potente voz de Dino a lo largo del disco.
"Yo
empecé con el rock, antes que con la milonga, a los 14 años", dijo Ciarlo.
"Venía de la guitarra clásica, del solfeo. Pero la primera vez que agarré
una guitarra con cuerdas de acero no la solté más".
En su
casa, las bibliotecas muestran textos que van desde volúmenes sobre historia
uruguaya hasta la trilogía de El Señor de los Anillos.
A nivel musical, los gustos de Dino también son eclécticos.
"Escucho folk, música clásica, los
discos nuevos de los artistas uruguayos, que los llevo a la radio para que los
copien y los pasen", contó.
Dino
siempre jugó a fusionar, un paisaje musical en el que se siente muy cómodo. Se
define amigo de los folkloristas y de los rockeros, y lo demuestra tocando con
ellos. "La música no tiene que ser folklore para ser nacional",
sentenció.
Ese gusto
por la mezcla viene desde el período que pasó en Brasil entre 1967 y 1969. Era
la época de la Tropicalia de Gilberto Gil y Caetano Veloso, quienes junto a sus
colegas "desasnaron" a los uruguayos. Ya con Montevideo Blues, el
grupo que integró a su vuelta, lo empezó a aplicar, pero en aquella época los
músicos no lo aceptaban. "Como se atreven a decir que eso es
milonga", les decían. Pero al final, el aprecio del público acabó
imponiendo ese estilo.
Memorias
nuevas tiene
otra particularidad. Es un disco independiente, editado a través de una
cooperativa de artistas que Ciarlo integra, y financiado a través del Fonam, el
Fondo Nacional de la Música, algo que hasta ahora el músico no había hecho.
"Es todo más difícil ahora que antes, sobre todo para los músicos
uruguayos. Hay un desmedido interés en promocionar lo extranjero. Tendría que
haber más leyes de apoyo al artista nacional, más presencia del Estado",
reclamó el músico.
Pero más
allá de las dificultades, la vida sigue. Dino le dedica a la música un tiempo
cada día. Como el pato, dice, que aparenta estar quieto pero abajo del agua
mueve las patas.
La vida
sigue y Dolores (que todavía muestra casas con cicatrices) se ha recuperado
gradualmente. De hecho, eso refleja la décima canción del disco, Amanece en Dolores, la segunda composición exclusiva de
Ciarlo en el disco, además de 15/04/16.
"En
este barrio hay más perros que cristianos. Y un gallo que se suma al
ruido", cuenta el músico, en la puerta de su casa. De ahí viene la
inspiración para esta canción, que funciona como secuela y contraparte a la que
refiere al tornado. "Un día me levanté y la tenía toda en la cabeza. La
tuve que pulir, pero ya estaba ahí. El tema es que a veces empiezo a hacer las
canciones por el final, y ahí se me hace más difícil. Pero mientras pueda las
voy a seguir haciendo. Porque las canciones salen y van a seguir
saliendo", aseguró.
La canción pendiente
El 24 de
setiembre murió el compositor y poeta Washington Benavides. "Lo ibas a
visitar, te tomabas unos mates y siempre aprendías algo y te traías una
letra", contó Dino. Tras decir eso, el músico se levantó. En las
bibliotecas de su living, Dino guarda pilas de carpetas en las que almacena
letras, poemas y partituras. Rebusca en una de ellas, tarareando, hasta que
encuentra lo que busca. Saca un papel casi destruido, marrón, en el que todavía
se lee con claridad una letra mecanografiada. Al final de la página se lee la
dedicatoria y la firma de Benavides, fechada en 1981. "Me la dio para que
la cante, pero hasta ahora no le pude poner música. No logro encajarla, probé
varias veces, tantas que perdí la cuenta".
Una milonga que no se puede esquivar
Milonga
de pelo largo ya
tiene harto a Dino. Pero sabe que no puede dejar de tocarla. "Me pongo en
el lugar del público. Si voy a ver a Rada quiero que cante Dedos, si no lo hace me caliento, y a la gente le pasa
lo mismo conmigo. Presentamos el disco nuevo, pero si o si tengo que
tocar Milonga de pelo largo, te lo exigen. No tengo más
remedio que hacerla, y hacerla bien", explicó.
Siete años
Fue el
tiempo que pasó entre este nuevo disco y su anterior trabajo de estudio, Vivo y
suelto, publicado en 2010 por el sello Sondor.
Disco
Memorias
nuevas fue
lanzado en setiembre de este año, incluye diez canciones, de las cuales Dino
compuso dos en exclusividad, y otras cuatro en colaboración. Las cuatro
restantes son versiones de canciones ajenas.
Kafkarudos
Ciarlo adelantó que está
componiendo para el retorno al estudio de Los Kafkarudos, el grupo que integra
junto a Walter Bordoni, Tabaré Rivero y Alejandro Ferradás.
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