HUGO
GIOVANETTI VIOLA
CONFIESO
QUE HE MORIDO
ISABELINO
PENA detective de almas 3 / 4
primera edición WEB
UNDÉCIMA ENTREGA
DOS:
LA REPÚBLICA DE LOS PINGÜINOS (1)
(el
corralito secreto de los nuevos mafiosos)
esta novela es un
desarrollo del cuento Los gladiadores publicado
en México por mi hermano Saúl Ibargoyen en 1997
No
he de callar, por más que con el dedo,
ya
tocando la boca, ya la frente
silencio
avises o amenaces miedo.
¿No
ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre
se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca
se ha de decir lo que se siente
FRANCISCO DE QUEVEDO Y
VILLEGAS
1
Isabelino Pena cebó el
primer mate chiflando Only you. Son
las nueve de la mañana y un pampero muy suave despeina el lomo del río hasta
hacerme sentir que empezó otra novela.
-Buen día -apareció en la
azotea de Brecha y Reconquista un muchacho melenudo que llevaba una guitarra en
bandolera. -Usted es el detective.
Me lleva apenas diez
centímetros: si no fuera por las piernas demasiado cortas y chuecas, podría
hacer de efebo-ángel en una remake de Muerte
en Venecia.
-Si no me tuteás no
-sonrió el viejo casi enano. ¿Quién te manda?
-Tu hijo. Soy Pablo
Ventura.
-¿El apóstol de Jesús de
Punta del Este? -le alcanzo un mate completamente erizado. -¿Y qué edad tenés
ahora?
-Diecisiete. La Banda del
Pez se disolvió hace años y me vine a Montevideo a cantar en los ómnibus. Canto
para comer y para predicar. Es la única manera de que los temas lleguen con
punch.
El muchacho de pelo
dorado y ojos que fosforecían como un cielo lunar tenía puesta una camiseta de
Liverpool y una superbermuda que le llegaba hasta la canilla.
-Y me imagino que usás la
estrellera -le pido con un gesto que desenfunde la guitarra.
Pablo hizo resplandecer
el instrumento-grial en la media mañana y el detective se agachó murmurando.
-La vida es tan hermosa.
En qué puedo ayudarte.
-Preciso que me acompañes
a una conferencia de prensa que va a haber en Punta del Este pasado mañana. Están
por filmar la vida de Leonardo y pinta todo mal.
Entonces me levanto y
señalo la Torre de los Panoramas.
-¿Sabés que hace un
momento estaba viendo flotar a la Niña de los Ojos de Plata entre los dos
edificios y supe que venía tormenta mágica?
-Mejor -se rio el
muchacho.
-Pero va a ser bravísima.
2
Isabelino Pena le propuso
al muchacho trabajar juntos en los ómnibus. Dejo el termo y el mate en la pieza
que le alquilo al Tucho y me pongo una camiseta-reliquia que fue de Saúl
Rivero.
-Nos podríamos llamar Los redentores de Liverpool -se
entusiasmó el detective mientras tomaban un 121 en la esquina del Solís. -Y de
paso también homenajeamos a los Beatles.
-Hoy traigo un asistente
-les avisa Pablo al guarda y al chofer y empieza a milonguear en la guitarra
festoneada por incrustaciones de nácar: -Abuelo
Bill / tu pobre y viejo Stipe acaba de raparse / y le quedó el cerebro como una
sola llaga. / Abuelo Bill / tu triste y loco Stipe acaba de arrancarse el
gorrito infeliz del corazón / y le quedó una luna como una sola llaga. / ¿Cómo
emborracharemos al que va vomitando / otro de las galaxias sobre tanta negrura?
/ ¿Cómo desclavaremos al que va reclamando / la mansa luz del sur para tanta
hermosura?
El muchacho hizo una seña
y el viejito narigón y de dientes muy verdes se compuso el jopo engominado y
gritó a lo Bautista:
-El que quiera verse el
fondo del alma se tiene que acostar frente a un cielo estrellado y mirar para
arriba y para dentro. Y si hay nubes las cruza como un avión y chau.
Pablo toca mejor de lo
que canta, pero ya tiene completamente hipnotizados a los poquísimos pasajeros:
-Abuelo Bill / tu pobre y viejo Stipe acaba de caparse / y en el pozo
del cielo quedó una sola copa. / Abuelo Bill / tu triste y loco Stipe acaba de
arrancarse el condon infeliz del corazón / y le quedó un altar como una sola
copa. / ¿Cómo resucitar al que va reclamando / la pura luz del sur para tanta
tristura? / ¿Y cómo desclavar a las que van llorando / la soledad del mundo
entre tanta hermosura?
Hubo algunos aplausos, y
después el detective pasó la pandereta agradeciendo cada moneda con la misma
frase:
-El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa.
-Esta milonga es uno de
los temas que cantó Leonardo la noche de la crucifixión -reparte la plata Pablo
cuando bajamos. -Perlas para los cerdos.
-Y amor para la gente -se
despegó la camiseta de la espalda empapada Isabelino Pena.
3
Isabelino Pena compró un
pollo al spiedo y dos baguettes, y después de almorzar se sentaron en la movida
sabatina de la peatonal Sarandí. Nos va bastante bien.
-A la tarde te examinarán en amor -aullaba el viejo al final de cada
canción, igual que si vendiera verdura.
Entonces alguien deja caer
una Juana Ibarbourou en la pandereta y Pablo agradece el superbillete
bizqueando y retocando el final de Cordero
atado:
-Qué bien se baila el rock del esqueleto / con el oro en el cráneo.
-Tengo una amiga que es
fanática de la Banda del Pez y siempre canta ese tema -les dio la mano un
mulato ensanchado y cincuentón con fluidez populista. -Renzo Barletta. Fundación
Gladiators. Los estoy contratando para actuar ya, si es posible. Me vino necesidad de regalarles esta tonelada de
belleza a los botijas del Aparicio Saravia.
Y lo único evidente es
que la boca-chinchulín que aletea entre el solazo es la de un degenerado.
-Mi amiga es Shirley, la
modelo de Piculín Romay -le explicó Barletta al muchacho cuando subieron a una
4 por 4 último modelo. -Viene seguido al cante a poner el hombro. Vos debés ser
el Pato.
-Soy el Pato.
-¿Hace mucho que trabaja
en el Aparicio Saravia? -se me desencadena la infalible salva de dieciséis
estornudos presagiadora del horror.
-Hace unos cuantos años. Me
pudrí de ser un empresario al pedo y decidí jugármela por la botijada del
cante. Transformándolos en gladiadores al servicio de la libertad.
-¿Conoció a Jorge Rosso?
-¿El cura que enterraron
en un carrito de basura? Conozco gente formada por él. Un verdadero santo.
-Es mi hermano menor. A
mí me enterraron en el 83 y a él en el 90. Pero él nunca volvió a este
infierno, que yo sepa.
Entonces el mulato busca
inútilmente la burla cómplice de Pablo en el espejo retrovisor y termina
suspirando:
-Mire lo que es la vida.
4
Isabelino Pena felicitó
al mulato por la prolijidad de la casona-sede de la Fundación Gladiators.
-Hoy festejamos seis
cumpleaños juntos -nos lleva hasta el galpón del fondo. -Cuarenta y tres
velitas. Son los que se preparan para las Olimpíadas Especiales.
El gimnasio tenía
aparatos de todo tipo y un ring profesional: los chiquilines minusválidos
jugaban persiguiéndose como cangrejos rotos entre la resolana con olor a basura
que derramaba desde el cantegril.
-Atención gladiadores
-desmorona los ecos de los chillidos a palmada limpia Barletta. -Les traje al
famoso dúo Los redentores de Liverpool:
un cantor y un payaso.
Isabelino pena le hizo
una guiñada a Pablo para que no diera pelota y después les pidió a los chiquilines
que recogieran con mucho cuidado una velita de las seis tortas puestas en fila.
-¿No subirías al ring a
cantar el Andante de la Fonte,
querube? -le hago una seña al hijastro-apóstol de Leonardo Regusci.
El muchacho desenfundó la
estrellera sonriendo y pasó por entre las cuerdas mientras el detective recogía
disimuladamente uno de los yesqueros que había al lado de las tortas.
-Pero qué maravilla
-aplaude fingiendo una emoción lacrimosa Barletta. -¿Quién compuso ese tema?
-La música es de Mozart.
Y la letra es de Leonardo Regusci, alias Jesús de Punta del Este.
-Me tienen que acompañar
hoy mismo a la radio. Eso hay que difundirlo más.
Entonces el viejo escrutó
la atención de terciopelo que le ofrecían los gladiadores deformes al cantor y
gritó:
-Los que quieran llegar a
ser Hombres Nuevos vengan a prender la velita y después siguen escuchando el concierto
con el alma en la mano.
Sé que apenas entendieron
las palabras de la canción, pero se acercan todos enseguida a recoger la LUX
porque está comprobado que las melodías de Wolgfang Amadeus hipnotizan hasta a
los fetos.
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