ANTONIN ARTAUD
EL TEATRO Y SU DOBLE
Traducción
de Enrique Alonso y Francisco Abelenda
SEXAGESIMOCUARTA
ENTREGA
9
CARTAS SOBRE LA CRUELDAD
SEGUNDA CARTA
París, 14 de noviembre de 1932
A J.P.
Querido amigo:
La crueldad no se sumó a
mi pensamiento, siempre vivió en él, pero me faltaba advertirlo
conscientemente. Empleo la palabra crueldad en el sentido de apetito de vida,
de rigor cósmico y de necesidad implacable, en el sentido gnóstico de
torbellino de vida que devora las tinieblas, en el sentido de ese dolor, de
ineluctable necesidad, fuera de la cual no puede continuar la vida; el bien es
deseado, es el resultado de un acto; el mal es permanente. Cuando el dios
escondido crea, obedece a la necesidad cruel de la creación, que él mismo se ha
impuesto, y no puede dejar de crear, o sea de admitir en el centro del torbellino
voluntario del bien un núcleo de mal cada vez más reducido, y cada vez más
consumido. Y el teatro, como creación continua, acción mágica total, obedece a
esta necesidad. Una pieza donde no interviniera esa voluntad, ese apetito de
vida ciego y capaz de pasar por encima de todo, visible en los gestos, en los
actos, y en el aspecto trascendente de la acción, sería una pieza inútil y
malograda.
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