CONDE
DE LAUTRÉAMONT
CARTAS
(1)
VIGESIMOCUARTA ENTREGA
9 de noviembre de 1868
Señor (1)
Tenga usted la bondad de
hacer la crítica de este opúsculo en su estimado periódico. Por circunstancias
independientes de mi voluntad, no pudo salir en el mes de agosto. Aparece ahora
en la librería del “Petit Journal”, y en el pasaje Europeo, en la librería de
Weil y Bloch. Publicaré el segundo canto hacia fines de este mes en las
ediciones de Lacroix.
Acepte usted, señor, mis
atentos saludos.
El autor.
* * *
22 de mayo de 1869
Señor (2)
Justamente ayer recibí su
carta fechada el 21 de mayo; era la suya. Pues bien, sepa usted que
desgraciadamente no puedo dejar escapar esta ocasión de expresarle mis excusas.
Este es el motivo: si el otro día usted me hubiese informado, ignorando lo que
puede sucederle de molesto a mi persona en las circunstancias en que se
encuentra, que los fondos se agotaban, no me habría privado de tocarlos, pero
seguramente hubiera sentido tanta alegría en no escribir estas tres cartas como
usted en no leerlas. Ha puesto usted en vigor el deplorable sistema de
desconfianza vagamente prescrito por el capricho de mi padre; pero usted ha
adivinado que mi dolor de cabeza no me impide considerar atentamente la difícil
situación en que lo ha colocado hasta ahora una hoja de papel de carta llegada
de América del Sur, cuyo principal defecto era la falta de claridad; porque no
tengo en cuenta la inconveniencia de ciertas observaciones melancólicas que se
perdonan fácilmente a un anciano, y que me parecieron, en una primera lectura,
tener el aire de imponerle a usted, quizás en lo futuro, la necesidad de
abandonar su papel escrito de banquero frente a un señor que viene a habitar en
la capital… Discúlpeme, señor, tengo que hacerle un pedido: si mi padre enviase
otros fondos antes del 1º de septiembre, época en que mi cuerpo hará su
aparición frente a la puerta de su banco, ¿tendría usted la bondad de hacérmelo
saber? Por lo demás estoy en casa a cualquier hora del día; no tendrá más que
escribirme una palabra, y es probable entonces que la reciba casi tan pronto
como la señorita que tira del cordón, o mucho antes, si me encuentra en el
vestíbulo… ¡Y todo esto, lo repito, por una bagatela insignificante de
formalidad! Mostrar diez uñas secas en lugar de cinco; vaya negocio; después de
haber reflexionado mucho, confieso que me ha parecido lleno de una notable
cantidad de importancia nula…
Notas
(1) Carta encontrada en un ejemplar de la edición de 1868 del Primer Canto. Publicada en el volumen de las Obras Completas de Lautréamont. (G. L. M., 1938). (N. del T.)
(2) Este fragmento de carta, dirigida al banquero Darasse, fue publicado por primera vez en la edición Genonceaux (1890) (N. del T.)
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