24/10/18



CONDE DE LAUTRÉAMONT

CARTAS (1)

VIGESIMOCUARTA ENTREGA


9 de noviembre de 1868


Señor (1)


Tenga usted la bondad de hacer la crítica de este opúsculo en su estimado periódico. Por circunstancias independientes de mi voluntad, no pudo salir en el mes de agosto. Aparece ahora en la librería del “Petit Journal”, y en el pasaje Europeo, en la librería de Weil y Bloch. Publicaré el segundo canto hacia fines de este mes en las ediciones de Lacroix.


Acepte usted, señor, mis atentos saludos.


El autor.


*  *  *


22 de mayo de 1869


Señor (2)


Justamente ayer recibí su carta fechada el 21 de mayo; era la suya. Pues bien, sepa usted que desgraciadamente no puedo dejar escapar esta ocasión de expresarle mis excusas. Este es el motivo: si el otro día usted me hubiese informado, ignorando lo que puede sucederle de molesto a mi persona en las circunstancias en que se encuentra, que los fondos se agotaban, no me habría privado de tocarlos, pero seguramente hubiera sentido tanta alegría en no escribir estas tres cartas como usted en no leerlas. Ha puesto usted en vigor el deplorable sistema de desconfianza vagamente prescrito por el capricho de mi padre; pero usted ha adivinado que mi dolor de cabeza no me impide considerar atentamente la difícil situación en que lo ha colocado hasta ahora una hoja de papel de carta llegada de América del Sur, cuyo principal defecto era la falta de claridad; porque no tengo en cuenta la inconveniencia de ciertas observaciones melancólicas que se perdonan fácilmente a un anciano, y que me parecieron, en una primera lectura, tener el aire de imponerle a usted, quizás en lo futuro, la necesidad de abandonar su papel escrito de banquero frente a un señor que viene a habitar en la capital… Discúlpeme, señor, tengo que hacerle un pedido: si mi padre enviase otros fondos antes del 1º de septiembre, época en que mi cuerpo hará su aparición frente a la puerta de su banco, ¿tendría usted la bondad de hacérmelo saber? Por lo demás estoy en casa a cualquier hora del día; no tendrá más que escribirme una palabra, y es probable entonces que la reciba casi tan pronto como la señorita que tira del cordón, o mucho antes, si me encuentra en el vestíbulo… ¡Y todo esto, lo repito, por una bagatela insignificante de formalidad! Mostrar diez uñas secas en lugar de cinco; vaya negocio; después de haber reflexionado mucho, confieso que me ha parecido lleno de una notable cantidad de importancia nula…


Notas


(1) Carta encontrada en un ejemplar de la edición de 1868 del Primer Canto. Publicada en el volumen de las Obras Completas de Lautréamont. (G. L. M., 1938). (N. del T.)
(2) Este fragmento de carta, dirigida al banquero Darasse, fue publicado por primera vez en la edición Genonceaux (1890) (N. del T.)

No hay comentarios: