4/2/19




JOSEPH CAMPBELL

EL HÉROE DE LAS MIL CARAS

Psicoanálisis del mito

(Traducción de Luisa Josefina Hernández)


CUADRAGESIMOCTAVA ENTREGA


PRIMERA PARTE / LA AVENTURA DEL HÉROE


CAPÍTULO II / LA INICIACIÓN


2 / EL ENCUENTRO CON LA DIOSA (5)


¿Así es el poder real? Así es la vida misma. La diosa guardiana de la fuerza inagotable, ya sea descubierta por Fergus, o por Acteón, o por el príncipe de la Isla Solitaria, requiere que el héroe esté dotado con aquello que los trovadores y los juglares llamaban un “corazón gentil”. No por el deseo animal de un Acteón, ni por el desdeñoso rechazo de un Fergus, puede ser la diosa comprendida y servida debidamente, sólo con gentileza: awaré (simpatía gentil) se llama en la poesía romántica cortesana del Japón de los siglos décimo a duodécimo.


En corazón gentil Amor anida,
Cual ave en primavera
Del verde bosque anida en la espesura:
Ni el amor hubo vida
Antes que un corazón gentil la hubiera,
Ni un alma generosa
Pudo antes que al Amor formar Natura:
Tan luego como fue el astro del día.
Tan luego fue su luz esplendorosa,
Y antes que fuera el Sol, ser no podía:
Y prende Amor en gentileza luego, Así naturalmente
Como en las llamas el calor del fuego. (36)


El encuentro con la diosa (encarnada en cada mujer) es la prueba final de talento del héroe para ganar el don de amor (claridad: amor fati), que es la vida en sí misma, que se disfruta como estuche de la eternidad.


Y cuando el aventurero, desde este punto de vista, no es un joven sino una doncella, ella es quien, por medio de sus cualidades, su belleza o su deseo, está destinada convertirse en el consorte de un ser inmortal. Entonces el marido celeste desciende a ella y la conduce a su lecho, ya sea que ella lo quiera o no. Si ella lo rechaza, se ciega para siempre; si lo busca, su deseo encuentra paz.


La muchacha araphao que siguió el puerco espín por el árbol que crecía a medida que avanzaban, mereció un sitio junto al pueblo del cielo, donde se convirtió en la esposa de un mancebo celeste. Fue él quien bajo la forma del puerco espín la sedujo para llevarla a su hogar sobrenatural.


La hija del rey del cuento para niños, al día siguiente de la aventura de la fuente, oyó que llamaban a la puerta de su castillo: la rana había llegado para obligarla a cumplir su pacto. Y a pesar de su repugnancia, la rana fue a sentarse a la silla de su mesa, compartió el alimento de su platito y de su tacita de oro y hasta insistió en ir a dormir con ella en su camita de seda. Enfurecida, ella la levantó del suelo y la estrelló contra la pared. Cuando cayó, desapareció la rana y en su lugar apareció el hijo de un rey, con bellos y bondadosos ojos. Luego nos enteramos de que se casaron y fueron conducidos en un hermoso coche al imperio del joven, donde fueron rey y reina.


Y de nuevo cuando Psique hubo llevado a cabo todos los difíciles trabajos, Júpiter mismo le concedió el elixir de la inmortalidad; de manera que para siempre estuvo unida a Cupido, su amado, en el paraíso de la forma perfecta.


La iglesia Ortodoza Griega y la Católica Romana celebran el mismo misterio en la fiesta de la Asunción:


“La Virgen María ha sido elevada al tálamo celestial, donde el Rey de reyes está sentado en un trono estrellado.”


“¿Adónde vuelas, oh Virgen prudentísima? Tu subida es semejante a la aurora que desparrama sus resplandores. Hija de Sión, toda eres bella y dulce, hermosa como la luna, pura como el sol.” (37)


Notas


(36) Guido Guinicelli di Magnano (1230-1275?), Balada Sobre el poder y gentileza del Amor, Traducción de Tomás Forteza incluida en la Antología de poetas líricos italianos de J. L. Estelrich (Palma de Mallorca, 1889), p. 6.
(37) Vísperas de la fiesta de la Asunción de la Sma. Virgen María (15 de agosto); Misal romano.

No hay comentarios: