Alejandra Pizarnik cubriendo mi ausencia.

Una de las cosas que aprendí estos últimos años, es a reconocer, y reconocerme en esta lengua que nos cobija a todos nosotros, adornada “copetuda/mente” con un sobrerito arriba de la n y teñida de historias de guerra y ambición. Entre tantas muchas otras, claro.

Es verdad, nosotros aquí en América, podemos dar Fe de la crueldad. Imposible de olvidar, como cualquier otros actos de asesinatos, y otros etc, pero por otro lado, el correr del tiempo nos a dejado desnudos aquí en el último de los paraísos. Y nosotros, sabios en nuestras decisiones, nos cobijamos en movimientos cuasi sísmicos, ordenándonos ante el destete, pero curiosamente emitiendo palabras, que son sonidos significantes, hablando de nada, pintamos un Mundo…cuasi mágico, para aquellos que nacieron en la tierra de olor azafrán.

Recuerdo una tarde también, en la que uno no existe, sino dice de donde pertenece, y recordé las historias épicas, y recordé el nombre de “Nipur de Lagash”, y comprendí que para la razón, es posible que no exista, todo aquello que no pueda compender. Encerrar, etiquetar "logiquitizar".

Sentí otras voces, de otros viajadores que venían de mis tierras, leí sus diarios y vi reflejada la nave que surca estos mares. Y es más, no solo me ví en la esquina de este pedacito de comarca, sino que me sentí totalmente Americano, y luego, hispanoparlante.

Una cierta paz, por decirlo de alguna manera, una reconciliación con algo, y aprendí a descubrir donde mis pies pisan y mi corazón late.

Hoy que parto momentáneamente a una tierra que tanto me dio como la brasilera, llevo en mi escudo pintado de poesía, a Pizarnik, pero no es para defenderme, sino para mostrar de la tierra de donde vengo. Mi Pertenencia.

zen, pero vos sos de la vereda de enfrente. Me dijo aquella lengua extraña de allende de los mares.
Si, contesté yo, y pensé en Delmira o en Julio. Todos estaban contenidos allí. No en las palabras de Alejandra, sino en mi mismo y dije casi sin pensarlo.
Es verdad.
Y también recordé a Federico a Miguel y a muy pocos otros y curiosamente mi aliento, susurraba imágenes de Astor elecrónico.

Queridos amigos, les dejo mientras tantas, las palabras de Alejandra, para que mi ausencia (ojo hasta Marzo) podamos compartir, y sentirnos juntos, acompañados de alguna manera. Saben, que siempre los leo a todos, y en cada una de las lecturas sé, que reciben mi respuesta. En mi escudo también están, todos Uds., aunque claro, puedo entender, que no se entienda lo que quiero decir. Pero bhué, eso, es otra Historia.

Nice day