ALBERTO METHOL FERRÉ
URUGUAY COMO
PROBLEMA Y OTROS TRABAJOS
CUADRAGESIMOSÉPTIMA ENTREGA
3. Alberdi, Perón y la Unidad Sudamericana
(6)
Ver e incursionar por un lado y por el otro; es una
cosa impresionante lo que hay que construir existencialmente aquí porque, si
no, quedamos prisioneros de cómo se nos educó con las consignas de la Argentina
del Centenario. Añoramos el Centenario como lo insuperable, pero… el Centenario
nunca más; estuvo muy bien, fue un éxito, pero era el Centenario de una
Argentina que supo usar bien sus exportaciones agropecuarias en el imperio
inglés y con Europa occidental. Pero ahora se trata de generar esto y la civilización
industrial, con técnicas, con capacidad de inventiva. Y para eso hay que tener
capital y tenemos que tener para obtener un gran capital; no lo vamos a
formar. Si Ratzel decía con una Alemania al iniciarse el siglo XX:
“Alemania no sirve más para nada ante el poder yanqui”!
Alemania era super-industrial, más industrial que
Inglaterra, y tenía setenta millones de habitantes; aquí hay 37, con una
emigración que no cesa.
¿Adónde vamos? Alberdi puso las bases exitosas,
inteligentes del desarrollo de un país agro-exportador que ya cumplió su rol y
va a cumplir otro, sólo en la medida en que se enlace con una gran
industrialización, a la altura de las exigencias tecnológicas de nuestra época.
Y, para eso, nos hace falta un mercado de cuatrocientos millones de tipos. ¡400
millones! Pero lo podemos hacer.
Perón, en esta propuesta del nuevo ABC, en el fondo
hizo lo que pidió Alejandro Korn, en plena lucha por la reforma universitaria
en 1925. Korn la describió como algo muy lindo “la hora de pensar las nuevas
bases”. A las nuevas bases le hacen falta la justicia social con los
trabajadores y le falta el asentamiento de una cultura nacional. Y yo digo:
está bien, Alejandro Korn, pero el asunto es lo de Haya de la Torre:
democratización, industrialización, integración.
No hay democratización sin industrialización, y no
hay industrialización sin integración y cada una de las partes se exige la una
hacia la otra y eso es lo que nos ofrece la gran marcha del MERCOSUR. Estas son
las nuevas bases con las que Perón abrió la segunda mitad del siglo veinte,
poniendo las nuevas bases que han terminado generando el MERCOSUR, y responden
a esa concepción, que es el hilo conductor de la unidad, en un grado u otro,
del Cono Sur o de América del Sur y luego toda Iberoamérica. Solamente así
nuestra cultura, nuestro mundo, nuestra historia tendrá sentido; si no, seremos
las márgenes olvidadas, por lo que Alberdi llamaba un pueblo-mundo, un solo
pueblo en el mundo, en una especie de estado mundial federal. Es posible que pase
en el siglo XXII, es posible si no ocurre algún holocausto en medio; capaz que
llega, a más tardar, en el siglo XXII.
Pero les quería dar estos pantallazos del proceso
de separación, que vence al integracionismo presente en la Independencia;
recordar cómo se mantienen algunas cosas, cómo en el apogeo de la separación
empieza la reivindicación de la integración del 1900, cómo se acelera en la
crisis del '29, y cómo arranca ya con dos argentinos, con el nuevo ABC de Perón
y con la CEPAL de Prebisch. Porque fue la CEPAL de Prebisch, a través de Celso
Furtado y sus hombres, los que más influyeron en el proceso de acelerar la
industrialización en Brasil, la explosión de la lucha por la industrialización
en Argentina, la que generó la gran proyección sudamericana de la CEPAL.
Entonces, digamos, aunque por esas luchas de aldea Perón y Prebisch no se
amaron nunca, eran los dos rostros de lo mejor de la Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario