MARCOL METHOL
LA PROSPECTIVA QUE LAS RAÍCES
PURIFICADORAS DEL BOSQUE LATINOAMERICANO PROYECTAN SOBRE EL INMOVILISMO DE
ALGUNOS ÁRBOLES PODRIDOS
Por H.G.V.
Marcos Methol Sastre (Uruguay, 1986)
alterna la culminación de sus estudios de Derecho con el ejercicio de la
Secretaría de la Asociación Alberto
Methol Ferré, que se constituyó en 2011.
Se trata de una institución cultural dedicada
a la conservación, difusión e investigación del legado “metholiano”, cuya
influencia se hace más cada vez notoria a nivel continental y global, al punto
de que sus planteos filosóficos y teológicos se han constituido en bases del
pontificado del Papa Francisco.
La Asociación
Alberto Methol Ferré está presidida por Fernando González Guyer, y cuenta
con una Comisión Directiva que integran Gastón Goyret, Alberto Volonté, José
Díaz, Ramiro Podetti, Luis Vignolo, Elbio López, Guiomar Álvarez, Agustín
Fregossi, Álvaro Lorenzo, Enrique Martínez Larrechea y Hugo Manini.
¿Qué balance se podría hacer sobre las
actividades llevadas a cabo por la Asociación Alberto Methol Ferré a tres años
de su fundación?
La Asociación Alberto Methol Ferré se constituyó en 2011 en un acto muy
simbólico, en el Edificio Mercosur, con la apertura del Presidente José Mujica
y el cierre del Obispo de Salto Mons. Pablo Galimberti. La iniciativa la
promovimos un grupo de discípulos y familiares de mi padre, con la intención de
apoyar la conservación, difusión e investigación del legado “metholiano” a
partir de sus escritos, sus conferencias y sus cursos. No tenemos sede, ni
recursos. Es todo “a pulmón”. Sin embargo, hubo una gran cantidad de presentes en
aquella fecha fundacional y recibimos la adhesión como socios de honor de destacados
representantes del pensamiento latinoamericano, entre ellos del Card. Jorge
Mario Bergoglio, actual Papa Francisco.
En estos años posteriores a la muerte de Methol Ferré (noviembre de
2009) ha habido un creciente interés en la región y en el mundo por su obra.
Primero, por sus planteos históricos y geopolíticos dado el crecimiento de los
procesos de integración regional en el continente. Segundo, por sus planteos
filosóficos y teológicos que están en la base del pontificado de Francisco. Esa
dicotomía de planteos es más propia del público heterogéneo que estudia a
Methol y de ninguna forma de sus concepciones que ligan necesariamente todas
esas dimensiones. Pero creo que eso está cambiando y empieza a considerárselo
“in totum”, sin disecciones.
Desde la Asociación Methol Ferré hemos procurado insistir con el
reconocimiento académico de Methol Ferré, que durante su vida no pudo tener.
Para ello hemos aportado con la nueva publicación de Los Estados Continentales y el Mercosur (HUM, 2013), corregida y
ampliada, con prólogo del Cr. Enrique Iglesias y estudio introductorio del
Prof. Ramiro Podetti. Lo mismo estamos haciendo ahora, editando un curso
inédito de historia latinoamericana de Methol Ferré; finalmente, promoviendo
las “Jornadas Académicas Alberto Methol Ferré” que en su tercera edición en
2014 serán en la Universidad de Lomas de Zamora en Argentina, y al “Instituto
de Estudios Latinoamericanos Alberto Methol Ferré” de la Universidad de
Montevideo donde se alojará el archivo documental y la biblioteca de mi padre.
En uno de sus últimos y más
significativos artículos, La vuelta de
Artigas, Methol Ferré señala que el exilio del Protector está llegando a su
fin y denuncia la existencia de una dualidad peligrosamente enquistada en el
centro de la actualidad rioplatense: por
un lado la ausencia de una política nacional, por otro la emergencia
avasallante de la conciencia histórica nacional. Y agrega que nuestra tragedia y asfixia radica en que
esa conciencia eminentemente popular (…)
todavía no se ha hecho política vigente, responsabilidad que atribuye a la
hegemonía de una conciencia ahistórica
impuesta por la oligarquía y el imperialismo. ¿Cuáles son los síntomas de
toma de lucidez revisionista que pueden detectarse con más claridad en el
ámbito rioplatense?
Methol Ferré ya en 1968, en La
Conquista Espiritual, señalaba que Artigas era el último caudillo de los
guaraníes misioneros y el primero de los orientales. Esto implica devolverle al
caudillo su significación regional, desde su fuente espiritual y geopolítica.
Artigas es el español, el peruano, el misionero, el rioplatense, el oriental,
el americano y el católico. Todo eso. Tiene su raíz profunda en la historia de
las indias y a la vez vislumbra, desde su sentir popular, el federalismo como
condición necesaria para la independencia. La solución unitaria, era la
solución para algunos privilegiados que controlan el comercio.
Hoy hay en la región un movimiento artiguista muy interesante que está
creciendo, acompañado de historiadores que se nutren del revisionismo de
Abelardo Ramos, de José María Rosa, de Washington Reyes Abadie, del propio
Methol Ferré, entre tantos. Entiendo que es muy positivo, y que se hable de
integración en clave artiguista. Pero creo que el revisionismo no debe agotarse
en Artigas, sino que Artigas debe ser el conductor a partir del cual se
recupere el enorme aporte hispanoamericano y latinoamericano, desde el siglo
XVI a la fecha. Esto es, componer el pensamiento humanista y universalista que
se gestó en ese tiempo.
¿Cómo concebía Methol Ferré la
reformulación actual de la tesis de su inspirador Felipe Herrera, que
consideraba imprescindible el paso de los Estados-Nación a la constitución de un
nuevo Estado Continental como base de un definitivo proceso de integración
capaz de concederle a América Latina un protagonismo planetario?
Ese paso lo vio el geopolítico alemán Friedrich Ratzel al iniciarse el siglo
XX cuando viaja a Estados Unidos y queda deslumbrado con el nuevo paradigma
continental-industrial que significaba su ascenso. La ciencia geopolítica tuvo
gran desarrollo en Estados Unidos, Alemania, Francia y Gran Bretaña. En América
Latina, el primer político que tiene un conocimiento y visión geopolítica
nítida es Juan Domingo Perón. Ya había habido algunos hispanoamericanos
intrínsecamente geopolíticos, como Artigas y Bolívar. El latinoamericanismo,
enfrentado al panamericanismo desde fines del siglo XIX, y que contó con la
inspiración de grandes pensadores como José Martí, José Enrique Rodó, Manuel
Ugarte o José Vasconcelos, recién adquiere una consistencia real de poder con la
formulación del nuevo ABC que hace Perón, en el marco del continentalismo.
La alianza argentino-brasileña recién va a concretarse con el Mercosur
en 1991. Methol Ferré y Perón sabían que así como en Europa sin Alemania y
Francia no habría integración, en América del Sur sin Argentina y Brasil
tampoco. Esa alianza es el comienzo, es el “núcleo de aglutinación básico”. Si
piensan que ahí termina la historia se equivocan. Algunos funcionarios de estos
gobiernos piensan así. Pero son algunos árboles podridos, no es el bosque desde
cuyas raíces se están alimentando profundos lazos de interdependencia y
comunión en estos últimos años.
¿Podemos concebir una eventual purificación continental sin arraigar en
la prospectiva mística de un mestizaje que está demostrando hasta en el paisaje
futbolístico que el empuje del siempre tan desplazado Nuevo Mundo se hace cada
vez más esencial en el marco de una globalización cada vez más encepada por el
consumismo salvaje y su impulsor filosófico, el ateísmo libertino?
El mestizaje es, sobre todas las cosas, un fenómeno cultural, la
“transculturación” a la que hace referencia el cubano Fernando Ortíz. La
configuración racial es un dato, pero los valores que arraigan a la persona a un
círculo cultural determinado y a una historia común son los que determinan el
destino de una comunidad humana. En ese sentido, América Latina tiene en su
genética la solidaridad y la caridad. La alegría de los brasileños, la
nostalgia de los rioplatenses, la esperanza de los mexicanos. Octavio Paz decía
con acierto que América Latina no era subdesarrollada. Lo podía ser en la
técnica o la economía particularmente, pero sus pueblos han dado grandes
poetas, artistas, científicos y hasta santos.
Hoy es inadmisible que existan muros donde mueren miles de personas
tratando de encontrar oportunidades de trabajo y de dignidad. Esos muros son
levantados por muchos que levantan la voz pregonando la libre circulación de capitales
y de comercio pero no de los seres humanos. Esa es una de las tantas
contradicciones de nuestro tiempo. Decía Methol Ferré que Chesterton y
Dostoievsky le habían marcado profundamente la inteligencia de la realidad y
que con ellos aprendió que “el camino de la verdad es la paradoja y el buen
humor. Pero cuidado con la paradoja. Ella alimenta, conduce, pero puede matar
como una enredadera. La salud de la paradoja es la cruz”.
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