MARK STRAND
LA OBLIGACIÓN DE
CONTINUAR SIENDO UN POETA ES UNA FORMA DE SERVIDUMBRE
por Ezequiel Zaidenwerg
CUARTA ENTREGA
Has
mencionado a Octavio Paz. ¿Cómo lo conociste?
Lo conocí porque me pidieron hacer una antología de poesía
mejicana, New Poetry in Mexico, y él era el editor de la edición
mejicana y a mí me pidieron hacer una edición americana, así que nos reunimos
con Octavio, escogimos a los poetas y yo elegí a quienes iban a hacer las
traducciones, y nos hicimos amigos. Simplemente nos caíamos bien el uno al
otro, y a mí me agradaba mucho Mary-Jo, su esposa, y nos parecía que la
pasábamos bien juntos, a pesar de que no estábamos de acuerdo en poesía…
¿Por qué?
Bueno, él no entendía mi fascinación por Wallace Stevens, y yo no
entendía su insistencia en la grandeza de T. S. Eliot. Ahora puedo verlo,
porque él estaba muy influenciado por Eliot, puedo entender su insistencia. Y
he terminado por compartir su creencia en el poder de la poesía de Eliot. Pero
así fue como llegué a conocerlo. Y así, luego, en el transcurso de los años, traduje
alguno de sus poemas, creo que mal, más bien, y él hizo algunas brillantes
traducciones de algunos de mis poemas. Ahora está muerto… algunos poemas son
muy bellos, su prosa no tiene igual, era además un hombre generoso, un hombre
muy hermoso, muy hermoso. Muy elegante, no solo generoso, muy civilizado…
irradiaba civilidad. La única oportunidad en que perdía los estribos era
en las discusiones políticas.
¿Discutían
mucho sobre política?
Bueno yo no estaba preparado para discutir con Octavio Paz, dado que él
es cien veces más inteligente que yo. Pero él se ponía a culpar a los Estados
Unidos por ciertas cosas, y me señalaba con el dedo, diciendo: “tú, tú, tú”, y
yo decía: “No, no soy yo”. Pero creo que yo me situaba mucho más a la izquierda
que Octavio.
¿Lo sigues
estando?
Soy de izquierdas ahora más que nunca. Pero no me suscribo, ya sabes, ni
al socialismo ni al comunismo.
Tus padres
eran comunistas.
Por un tiempo. Lo dejaron. Pero arruinó sus vidas.
¿Por qué es
que eres ahora de izquierda más que nunca?
Porque el capitalismo ya no funciona más. Pienso que es… lo estamos
viendo en los Estados Unidos, es el amargo final, es decir, la disparidad
entre, ya sabes, los ricos y los pobres es tan grande, y gente alrededor del
mundo muere de hambre y las compañías americanas se dedican a violar a otros
países. Es decir, hay tanta desigualdad y falta de decencia en el mundo. Estoy
hablando con generalidades muy amplias y tontas ahora porque esto me hace… es
una discusión aparte, lo político. Sólo pienso que el mundo se ha convertido en un campo de juego muy
injusto. Creo que si naces pobre, lo más probable es que sigas siéndolo. Si
naces negro en los Estados Unidos serás, con muy pocas excepciones, parte de
las clases bajas. Pienso que lo mismo vale para los hispano-latinos. La única
excepción, por alguna razón, son los asiáticos. Los asiáticos se las han
arreglado en América, no sé cómo, se han convertido… No voy a comenzar a
plantear excepciones, pienso que si eres parte de una minoría no tienes las
mismas posibilidades que un americano, blanco y educado en la
universidad.
¿Eso explica
también en parte por qué te fuiste a España?
Estoy enfermo de este país. La única ciudad de los Estados Unidos en la
que viviría es New York, que es una ciudad fantástica en muchos aspectos, pero
es muy cara, muy cara para mí, porque estoy retirado y no tengo tanto dinero.
No sólo eso, el ruido me molesta y la presión de la gente, el grado de
agresividad que uno encuentro a diario en la calle, lo encuentro enervante. Me
encuentro con eso cada vez que salgo a caminar, regreso a mi departamento y me
encuentro agotado por todo lo que he visto y oído, y me toma mucho tiempo
recuperarme. En cambio, Madrid es una ciudad tranquila…
¿En qué parte
de Madrid vives?
En Chamberí, en el centro, es una calle muy simpática, y en un bonito
departamento que mi chica y yo podemos pagar, porque Madrid no es tan caro como
New York, y es suficientemente pequeño para que uno pueda ir andando a los
sitios principales. Y a mí me gusta nuestra vida allí, sólo quiero trabajar y
Madrid me ofrece la oportunidad de hacerlo… es decir, de hacer mi propio
trabajo.
Que es
escribir…
Escribir una clase, un ensayo, o ahora mis memorias, sobre mis padres, o
hacer collages, eso es todo lo que hago.
Oh, así que
estás pintando de nuevo…
No, no pinto, hago collages… Preparo los papeles aquí en New York, y
hago los collages porque para mí hacerlos es una forma de escapar del
significado, ¿sabes? No tengo que enfrentarme con el lenguaje, con algo que
esté tratando de decir sin ser capaz de hacerlo. Sólo muevo de sitio unos papeles,
y encuentro eso muy satisfactorio.
Hablemos
de Almost Invisible [Casi invisible]. ¿Por qué este
título?
Porque me siento casi invisible. Soy un tío viejo. Me siento un poco
irrelevante. Me estoy volviendo… Sólo
pensé que era un buen título [risas].
¿Y por qué en
prosa?
Es más fácil de escribir que la poesía, para mí, y quizá muy difícil si
eres de verdad un escritor de prosa. Pero descubrí eso cuando estaba
escribiendo estas piezas en prosa, mucha de ellas no las reescribía… Bueno,
reescribí quizá dos tercios de ellas pero sólo habré hecho dos o tres
borradores y luego las dejé así. Descubrí que salían fácil y rápidamente.
Además podía escribir con humor, que es algo que encuentro muy difícil de hacer
en un poema. Cuando escribía Almost Invisible, me quedaba con un montón
de títulos, tenía como una tormenta de ideas, escribía cinco títulos y me
parecían muy graciosos.
¿Empezabas
con los títulos y luego escribías los poemas?
Claro. Excepto por uno o dos. Pero creo que tenía un montón de títulos y
sólo empezaba… y entonces escribía una pieza en prosa y escogía uno de los
títulos.
Pienso que el
libro se siente claramente como tu poesía pero destilada en su forma más
simple. Muchas de los poemas se sienten no como tramas, pero el contenido de
los poemas, puesto en simple prosa, prosa muy elegante… ¿eso fue deliberado?
Ya sabes, soy una sola persona, así que sólo tengo un número limitado de
ideas y creo que las ideas se van moviendo de un poema a otro, de poesía a
prosa, en un ropaje ligeramente diferente. Y así, han tomado el ropaje que
asumen en Almost Invisible, una clase más prosaica, como para salir
a la calle, de ropaje.
¿Y quién es
el poeta español?
Bueno, en inglés suena como una traducción de García Lorca. Eso era lo
que quería. En español suena como un mal poema.
Ok, yo no
diría eso…
Pero en inglés sí suena como una traducción de García Lorca. En cualquier
caso, no tenía en mente a ningún poeta español en particular.
El contenido
sexual del libro fue algo que también llamó mi atención.
Hay mucha sátira doméstica. Sí, pienso que las parejas son graciosas, y
no había hecho algo así antes, pero fue divertido escribirlo.
Especialmente la que se titula “Harmony in the Boudoir”, ya sabes, la gente
siempre anda diciendo que hay mucho más de mí que lo que aparento, y yo me puse
a jugar con eso.
Hay también
un poema titulado “Futility in Key West”, que es un homenaje a “Ideas of Order
at Key West” de Wallace Stevens. ¿Qué es lo querías decir de Stevens?
Nada. Sólo pensé en hacer algunas variaciones sobre Stevens… Es decir, Key
West es su territorio.
Sí, a mí me
encanta ese poema. Me gusta ese personaje del poema, Ramón Fernández… Pienso
que Wallace Stevens tenía también un gran sentido del humor, algo por lo que no
se le da mucho crédito, a él se le percibe más como un poeta retórico, serio,
misterioso.
Yo pienso que Emily Dickinson tenía sentido del humor, que Walt Whitman
tenía sentido del humor, creo que es algo que recorre la poesía
americana.
¿Te sientes 100% Americano? ¿El hecho que hayas nacido en Canadá…?
No me siento canadiense. Es decir, en algunos aspectos… Me siento
americano, pero no apegado… Mi mundo es un mundo de pinturas, libros, fotos, mi
nación es la nación del idioma inglés, siento un gran vínculo... No creo que
las condiciones geográficas que me fueron impuestas –porque nací en Canadá,
viví en los Estados Unidos– de forma alguna me puedan definir. Pienso que
lo que me define de forma más enfática es lo que leo, lo que observo, la gente
que conozco y lo que escribo. No estoy seguro de que hubiera escrito los mismos
poemas su hubiera crecido en Praga, o Milán. No lo sé. Es
imposible de saber.
El libro
termina con un poema titulado “When I Turned a Hundred” [Cuando cumpla cien]. Y
el último verso dice: “And then I was gone”. ¿Por qué colocaste esta pieza en
el mismo final del libro?
Mi traductor al holandés me dijo: “Esto es muy obvio para ponerlo al
final del libro, deberías poner algo diferente”. Me parecía simplemente una
buena manera de terminar el libro.
Has dicho que
querías retirarte de la escritura. ¿Has sido capaz de hacerlo?
He tenido que hacerlo. Escribo pequeñas cosas. Ya no escribo
poemas.
Pero has
pasado cinco años sin escribir un poema…
Siempre pasa eso. Sí, la gente siempre me recuerda que ya he dicho antes
que no voy a escribir otro poema, y termino escribiendo un poema nuevo… No sólo
un poema nuevo, un libro de poemas. Pero es que me hace bien psicológicamente,
en su momento, decir que no voy a escribir más poemas. Al mismo tiempo, sé que
es muy probable que escriba nuevos poemas.
He leído
también en una entrevista que dijiste: “Quiero vivir como un ser humano, quiero
ser libre”, haciendo referencia a tu retiro de la poesía. ¿Percibes a la poesía
como una forma de servidumbre, en algún sentido?
Creo que estaba sobreactuando. No sé qué es lo que quería decir cuando señalé que
quería vivir como un ser humano. Es decir, yo era un ser humano cuando escribí
mis poemas. Creo que la obligación de continuar siendo un poeta es una forma de
servidumbre, porque la propia identidad, si has escrito tanto como yo, tantos
poemas como yo, permanece vinculada a tus obras, tus poemas. Sólo quería que mi
identidad tomara pie de otra manera, o se viera obligada a asumir alguna clase
de variación. Sólo quería dejar de der Mark Strand el poeta, quería ser Mark
Strand el artista del collage, o Mark Strand el cocinero que prepara muy buenas
comidas en Madrid.
¿Qué te gusta
cocinar? ¿Hay un platillo emblema de Mark Strand?
No, sólo cocino un par de cosas. Ya sabes, platos italianos. Hago
diferentes clases de asados. Hago pastas y risottos… son cosas fáciles, sólo
pones juntos un montón de ingredientes. No sé, sólo cocino. A veces, si tengo
invitados, hago un gran olla de asado, piernas de ternera o de cordero, puedo
hacer platos provenzales, bacalao…
(Traducción: Roberto Zeballos.)
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