PAULO
FREIRE
PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO
NONAGESIMOPRIMERA ENTREGA
CAPÍTULO
4 (13)
Aunque necesarios, los condicionamientos
externos sólo son eficientes si coinciden con aquellas potencialidades. (95)
Lo nuevo de la revolución nace de
la sociedad antigua, opresora, que fue superada. De ahí que el acceso al poder,
el cual continúa siendo un proceso, como señalamos, es sólo un momento decisivo
de este.
Por eso, en una visión dinámica
de la revolución, esta no tiene un antes y un después absolutos, cuyo punto de división
está dado por el acceso al poder. Generándose en condiciones objetivas, lo que
busca es la superación de la situación opresora, conjuntamente con la instauración
de una sociedad de hombres en proceso de permanente liberación.
El sentido pedagógico, dialógico,
de la revolución que la transforma en “revolución cultural”, tiene que
acompañarla también en todas sus fases. Este es uno de los medios eficientes
que evitan la institucionalización del poder revolucionario o su
estratificación en una “burocracia” antirrevolucionaria, ya que la contrarrevolución
lo es también de los revolucionarios que se vuelven reaccionarios.
Por otra parte, si no es posible
dialogar con las masas populares antes del acceso al poder, dado que a ellas
les falta la experiencia del diálogo, tampoco les será posible acceder al poder
ya que les falta, igualmente, la experiencia del poder. Precisamente porque
defendemos una dinámica permanente en el proceso revolucionario, entendemos que
en esta dinámica, en la praxis de las masas con el liderazgo revolucionario, es
donde ellas y sus líderes más representativos aprenderán a ejercitar el diálogo
y el poder. Esto nos parece tan obvio como decir que un hombre no aprende a
nadar en una biblioteca, sino en el agua.
El diálogo con las masas no es
una concesión, ni un regalo, ni mucho menos una táctica que deba ser utilizada
para dominar, como lo es por ejemplo la esloganización. El diálogo como
encuentro de los hombres para la “pronunciación” del mundo es una condición fundamental
para su verdadera humanización.
Si “una acción libre solamente lo
es en la medida en que el hombre transforma su mundo y se transforma a sí
mismo; si una condición positiva para la libertad es el despertar de las
posibilidades creadoras del hombre; si la lucha por una sociedad libre no se da
a menos que, por medio de ella, pueda crearse siempre un mayor grado de
libertad individual; (96) debe reconocerse, entonces, al proceso revolucionario
en su carácter eminentemente pedagógico. De una pedagogía problematizante y no
de una pedagogía de “depósitos”, “bancaria”. Por eso el camino de la revolución
es el de la apertura hacia las masas populares, y no el encerramiento frente a
ellas. Es el de la convivencia con ellas, no el de la desconfianza para con ellas.
Y cuanto más exigencias plantee la revolución a su teoría, como subraya Lenin,
mayor debe ser la vinculación de su liderazgo con las masas, a fin de que pueda
estar contra el poder opresor.
Sobre estas consideraciones
generales, iniciemos un análisis más detenido a propósito de las teorías de la
acción antidialógica y dialógica. La primera, opresora; la segunda,
revolucionaria-liberadora.
Notas
(96) “A free action -señala Gajo Petrovic- can only be one by which a
man changes his world and himself.” Y más adelante: “A positive condition of
freedom is the knowledge of the limits of necessity, the awareness of human
creative possibilities”. Y continúa:”The struggle for a free society is not the
struggle for a free society unless; through it an ever greater degree of
individual freedom is created”. Cajo Petrovic,
en Socialist humanism, comp. de Erich
Fromm, Anchor Books, Nueva York, 1966, pp. 219, 275 y 276. Del mismo autor, es
importante la lectura de: Marx in the midtwentieth
century, Anchor, Nueva York, 1967.
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