ENCUENTRO
CON LA SOMBRA
(El
poder del lado oscuro de la naturaleza humana)
Carl G. Jung / Joseph
Campbell / Marie-Louise von Franz / Robert Bly / Ken Wilber / Nathaiel Branden
/ Sam Keen / Larry Dossey / Rollo May / M. Scott Peck / James Hillman / John
Bradshaw y otros
Edición a cargo de Connie Zweig y
Jeremiah Abrams
NONAGESIMOSÉPTIMA
ENTREGA
SÉPTIMA PARTE
25. LOSPROBLEMAS DE LA INOCENCIA
(3)
Rollo May
Es
evidente que las potencialidades del ser humano se mueven en una dirección
vertical de dos direcciones. Así pues, para crecer hacia lo alto es también
imprescindible hacerlo hacia lo bajo. Como decía Daniel Berrigan: “Cada paso
que damos hacia arriba nos abre también un camino hacia las profundidades”. No
podemos seguir creyendo ingenuamente que la virtud se alcanza renunciando al
vicio; es imposible definir nuestro ascenso ético en términos de lo que hemos
abandonado. Este tipo de bondad no es más que mera arrogancia. La maldad
absoluta, si no se halla sazonada por el bien, resulta insípida, banal y apática.
Esta sensibilización hacia el bien y
hacia el mal resulta actualmente esencial para el desarrollo de nuestra
creatividad.
En
pocas palabras, nuestra capacidad para el mal depende de la disposición a
abandonar nuestra pseudoinocencia. En la medida en que sigamos pensando
unidireccionalmente seguiremos descubriendo nuestras acciones tras la cortina
de humo de hipócritas súplicas de inocencia. Pero esta fuga antediluviana de la
conciencia ya no es posible porque somos los únicos responsables de tomar
conciencia de sus consecuencias.
Para
una persona que se halla en proceso psicoterapéutico resulta especialmente difícil
aceptar que su capacidad para el mal corre pareja a su capacidad para el bien.
Los pacientes están tan acostumbrados a su propia impotencia que tomar
conciencia de su propio poder desequilibra su disposición vital e ignoran lo
que podrían hacer en el caso de admitir su propio mal.
Sin
embargo, constituye una verdadera liberación para cualquier ser humano llegar a
comprender que también tiene un aspecto negativo, que lo daimónico es potencialmente
bueno y malo al mismo tiempo y que, por tanto, resulta imposible desprenderse
del mal. Del mismo modo también resulta muy positivo advertir que gran parte de
nuestros logros están impulsados por el conflicto que genera este impulso
daimónico. Sólo la experiencia nos hace ver que la vida es una combinación de
bien y de mal, que el bien en estado puro
no existe y que si el mal no fuera posible el bien no podría existir. La
vida no consiste en lograr el bien aislado del mal sino a pesar de él.
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