HUGO
GIOVANETTI VIOLA
PURO
VERSO
primera edición: 1989 /
segunda edición aumentada: 1999 / tercera edición aumentada (WEB): 2015
UNDÉCIMA ENTREGA
CUATRO:
ORO (1989-99) (3)
TERCERO
SEGUNDO
(Última carta)
Todavía no morías. / Un
gran silencio en flor
te fue reconstruyendo
dentro del habitáculo
donde la última boca de tu horror
mordía el cielo vacío.
/ Y el erecto perfil de otros amaneceres
nos condujo al espacio
de tu rostro real.
(Ya no tuviste pechos /
madre / sino un par de limones
fluorescentes y machos:
Sergio y Hugo colgándote.
¿Conocer por el fruto?)
Y nos bastó posar la
pena ultravioleta en el cajón tapiado
para ver emerger tu
juvenilidad como una construcción
imborrable y celeste. /
Y el resto eran recuerdos
descompuestos en vida.
(Ya no tuviste huesos /
madre / sino mansas gotitas
colgando de alambrados
que doraban la lluvia.
¿Cómo perder tus
cartas?)
El gran silencio en
flor se pudrió suavemente
y hubo que recoger cada
intacto color
de las viejas corolas
soñadas que duraron.
(Hugo-padre afloró de
su heredad flotante y bailaste un bayón
con tus niños
perdidos.)
Y ya no hubo más
prójimo que la hermandad reunida
entre las alamedas
violentas y nocturnas
para invocar la especie
del pez enamorado
y perforar la bruma
brutal y el desencuentro
y construir el fluir
hacia las constelaciones.
Y cuando ya morías un
crisantemo roto nevó bajo los pinos
y vi abrirse tu risa
bajo un cielo de
invierno más real que la nada.
Sólo yo lo encontré.
Sergio estaba ocupado
cosiendo corazones.
Julio de 1990
CUARTO
1
(Palabras
para Micaela)
El vértice frutal
mediodía confirma
que la verdad escribe
tu ayer en el espacio
para que no recojas más
de lo que brilló.
2
(Palabras
para Ignacio)
Dios es el más acá.
3
(Obituaria
otoñal)
Sólo espejar la cumbre
matinal de la sangre
y peinar el dolor
detrás del escenario.
Cuando se alce la voz
desnuda de los huesos
no habrá más lluvia que
la primavera.
4
(Santa
Teresa de Jesús)
I
El que bien sufre dorará
tus culpas.
II
Te cansa el mundo. ¿Y
el mundo descansa?
III
Lo amarás por el ojo de
su aguja de oro.
5
(San
Juan de la Cruz)
I
Encajar en tus ojos
para izar la indecente
mansedumbre del vuelo
que a veces rugió en
mí.
II
Aquel hervor de amor
devorando los árboles
y el verdor de tu pena
desnuda / frente al reino.
6
(San
Agustín)
Raya de tierra seca
entre la verde bruma y
el verde develar.
Y llorar más acá para
que allá se brille.
7
(Variaciones
del ánima)
I
La siesta fue invadida
por tus ojos de plata.
Cuando me desperté supe
que aquel disfraz
tenía dos corazones.
Y hoy vivo enamorado de
un filón vaporoso.
II
La suavísimamente
visitante del sueño
me pobló media boca con
tanta caridad
que me quedé velando la
infusión de la luna.
8
(Adivinación
y ritual)
La montaña está quiera
contra la lejanía.
Los ríos pasan
llorando.
Y la unidad existe.
(para Marcos Torres)
9
(Oración
por Itzel)
La granulosidad de la
más dimensión voló como una rosa.
(Ah el sobremundo
hambriento de vellones de oro.)
El reino reinará.
10
(Salmo
de octubre)
Un perfume lunar entre
los paraísos.
Y la tristeza en Dios.
(para Fernando Soldini)
11
(Salmo
de noviembre)
No volveré a nacer.
La eternidad gotea su
ventarrón de perlas
entre una veladura de
acacias amarillas.
Y el perfume resuena.
No volveré a morir.
12
(Testamentito)
El diablo se terminará.
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