MARCELO
SOSA
MÍTICAS
TERCERA ENTREGA
Medusa
Monstruo. Hasta la palabra es dura.
¿Quién desea ser
llamado así?
Mis pequeñas sisean
rabiosas:
solían ser dorados
cabellos...
Sacié el hambre de
Poseidón
y mi señora Atenea me
condenó por provocarlo...
siempre es más fácil
culpar a la doncella.
Monstruo. Nadie sostiene
mi mirada:
es su culpa, y no mis
ojos, lo que petrifica;
la culpa de callar
ante los dioses, de olvidar a la olvidada.
Alguien viene:
será llamado héroe,
pobre... no sabe que
es otro instrumento,
no sabe que por fin
me dará paz.
Sirenas
ellos le temen
la mar los cubre de dudas
es caprichosa dama vestida de espuma
amante del sol del mediodía
y de los hielos eternos
los marinos viejos
cuentan historias
para asustar grumetes
pero cuando el viento
les trae jirones de voces
cubren sus oídos y
sus corazones
ellas
las sirenas
ninfas marinas que ponen temor
en corazones de hombres curtidos
que temen amar lo que no pueden poseer
ellas
las sirenas
danzan sin piernas en
el seno de la gran madre mar
alimentando leyendas
de hombres prudentes
que nunca sabrán que amar es dar.
Penélope
aquel que amo navega
ha muchos años que
espero
si cada noche lo
muero
cada mañana me llega
espero en Ítaca una
sombra de hombre
de aquel Odiseo sólo
su nombre
ya llegaron todas las
naves huecas
sola Penélope llora
en la rueca
abajo celebran los
pretendientes
en casa de otro
muestran los dientes
Telémaco muerde su
honra perdida
yo tejo y destejo mi
hora y mi vida
trofeo soy para
aquellos
para otros soy honor
mis manos pierden
calor
mis hilos son mis
cabellos
no sé si vendrá mi
hombre
no sé si mi vida es
mía
no soy ya la que
solía
he destejido mi
nombre.
Amazonas
Madre de los mil
nombres,
dulce ofrenda
traemos:
sangre de nuestro
seno
para vencer a hombres
fuertes, duros y
arteros.
Madre de las mil
caras,
las amazonas vamos
a luchar y clamamos
vengar a las hermanas
que hasta hoy
lloramos.
Madre de las mil
voces,
muerte quisieron
darnos,
por querer dominarnos
nos hicieron feroces:
¡nunca podrán
atarnos!
Hadas
No hay en la tierra
nada
más hermoso que un
hada
cuando aprendes a ver
con lentes bordadas
en ojos de plateadas
agujas de coser.
Cuentan las olvidadas
leyendas que
iluminadas
por la luna deben
ser.
Bellas, consteladas,
como estrellas
irisadas
se dan a conocer.
Y si atrapas un hada
recuerda que liberada
su magia quieres ver.
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