ENCUENTRO CON LA SOMBRA
(El poder del lado oscuro de la
naturaleza humana)
Carl
G. Jung / Joseph Campbell / Marie-Louise von Franz / R
obert
Bly / Ken Wilber / Nathaniel Branden / Sam Keen / Larry Dossey / Rollo May / M.
Scott Peck / James Hillman / John Bradshaw y otros.
Edición a cargo de Connie Zweig y
Jeremia Abrams.
CIENTOVIGESIMOSÉPTIMA
ENTREGA
OCTAVA PARTE
LA CONSTRUCCIÓN DEL ENEMIGO: ELLOS
Y NOSOTROS EN LA VIDA POLÍTICA
31: NOSOTROS Y ELLOS (3)
Fran Peavey (en colaboración con
Myrna Levy y Charles Varon)
Heck
tiene que enfrentarse una y otra vez ante quienes piensan que “quien una vez
fue nazi seguirá siéndolo durante toda la vida”. La gente le responde: “Hablas
muy bien pero no creemos lo que nos dices. Es muy difícil dejar de creer en
algo que has creído”. Heck explica pacientemente una y otra vez que pasaron
muchos años antes de que pudiera reconocer que había sido educado en la
mentira. Por otra parte, los neonazis le llaman por teléfono a altas horas de
la madrugada y lo amenazan de muerte: “Aun no te hemos cogido, traidor, pero no
tardaremos en terminar contigo”.
¿Qué
sentía Helen en Auschwitz hacia los nazis? “No me gustaban pero no puedo decir
que deseara matarlos. Nunca lo sentí así. Creo que no soy una persona rencorosa”.
Por otra parte, Helen se ve frecuentemente hostigada por los mismos judíos que
la censuran por no odiar, por no desear la venganza. “Es imposible que no los
odies” -le dicen.
En
las conferencias sobre el holocausto y el genocidio y en las conversaciones posteriores
que he sostenido con Helena he tratado de comprender qué es lo que le ha
permitido ser tan objetiva y no acabar culpando al pueblo alemán por el
holocausto, por su sufrimiento y por la muerte de su esposo y he llegado a la
conclusión de que la respuesta radica en su apasionado estudio de la historia.
La
mayoría de las personas cree que la única explicación posible del holocausto
nazi es que fue la obra de un loco pero, en opinión de Helen, ese tipo de
conclusiones nos impide pensar que cada uno de nosotros podemos vernos
implicados en un holocausto. La valoración de la salud mental de Hitler -afirma-
importa menos que el examen minucioso de las fuerzas históricas y del modo en
que Hitler las manipuló.
“A
medida que se acercaba la guerra -me dijo Helena- comencé a leer e informarme
de todo lo que había ocurrido desde 1933, cuando mi visión del mundo se
colapsó. Leía continuamente. ¿Cómo había podido desarrollarse “el estado de
S.S.”? ¿Cuál fue el papel desempeñado por la Gran Bretaña, Hungría, Yugoslavia,
los Estados Unidos y Francia? ¿Qué es lo que había propiciado el holocausto?
¿Cuáles fueron los pasos concretos que lo permitieron? ¿Qué es lo que buscan
las personas cuando participan en movimientos fanáticos? Creo que este es el
tipo de preguntas que seguiré haciéndome hasta el fin de mis días”.
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