SAN
JUAN DE LA CRUZ
NOCHE
OSCURA
SEPTUAGÉSIMA ENTREGA
LIBRO SEGUNDO
DE LA NOCHE OSCURA,
TRÁTASE DE LA MÁS ÍNTIMA PURGACIÓN, QUE ES LA SEGUNDA NOCHE (PASIVA) DEL
ESPÍRITU.
CAPÍTULO 23 (2)
Declárase
el cuarto verso. – Dice el admirable escondrijo en que es puesta el alma en
esta noche y cómo, aunque el demonio entrada en otros muy altos, no en este.
Otras veces, cuando la
comunicación espiritual no comunica mucho en el espíritu, sino que participa
mucho en el sentido, con más facilidad alcanza el demonio a turbar el espíritu
y alborotarle por medio del sentido por estos horrores. Y entonces es grande el
tormento y pena que causa en el espíritu, y algunas veces más de lo que se
puede decir; porque, como va a de espíritu a espíritu desnudamente, es
intolerable el horror que causa el malo en el bueno, digo en el del ánima,
cuando le alcanza su alboroto. Lo cual también da a entender la Esposa en los
Cantares cuando dice haberle a ella acaecido así al tiempo que quería descender
al interior recogimiento a gozar de estos bienes, diciendo: Descendí al huerto de las nueces para ver
las manzanas de los valles y si había
florecido la viña; no supe, conturbome mi alma por las cuadrigas -esto es,
por los carros y estruendos -de Aminadab (6,10),
que es el demonio.
6 / Otras veces acaece -y
esto es cuando es por medio del ángel bueno- que algunas veces el demonio echa
de ver alguna merced que Dios quiere hacer al alma; porque las que son por este
medio del ángel bueno, ordinariamente permite Dios que las entienda el
adversario; lo uno, para que haga contra ellas lo que pudiere según la
proporción de la justicia y así no pueda alegar el demonio de su derecho
diciendo que no le dan lugar para conquistar al alma, como dijo de Job (1.19);
lo cual sería si no dejase Dios lugar a que hubiese cierta paridad en los dos
guerreros, conviene a saber, el ángel bueno y el malo acerca del alma, y así la
victoria de cualquiera sea más estimada, y el alma, victoriosa y fiel en la
tentación, sea más premiada.
7 / Donde nos conviene
notar que esta es la causa por que, a la misma medida y modo que va Dios
llevando al alma y habiéndose con ella, da licencia al demonio, para que de esa
misma manera se haya él con ella. Que si tiene visiones verdaderas por medio
del ángel bueno -que ordinariamente son por este medio (aunque se muestra
Cristo, porque él en su misma persona casi nunca aparece)-, también da Dios
licencia al ángel malo para que en aquel mismo género se las pueda representar
falsas, de manera que, según son de aparentes, el alma que no es cauta
fácilmente puede ser engañada, como muchas de esta manera lo han sido. De lo
cual hay figura en el Éxodo, donde se dice que todas las señales que hacía
Moisés verdaderas hacían también los mágicos de Faraón aparentes; que si él
sacaba ramas, también ellas las sacaban; si él volvía el agua en sangre, ellas
también la volvían (7,11-12 y 8,7).
8 / Y no sólo en este
género de visiones corporales imita, sino también en las espirituales
comunicaciones cuando son por medio del ángel, alcanzádolas a ver, como
decimos, porque, como dice Job (41,25), omme
sublime videt, imita y se entremete.
Aunque en estas, como
son sin forma y figura (porque de razón de espíritu es no tenerla), no las
puede él imitar y formar como las otras que debajo de alguna especie o figura
se representan. Y así, para impugnarla, al mismo modo que el alma es visitada,
represéntale su temor espiritual para impugnar y destruir espiritual con espiritual.
Cuando esto acaece así,
al tiempo que el ángel bueno va a comunicar al alma la espiritual
contemplación, no puede el alma ponerse tan presto en lo escondido y celada de
la contemplación que no sea notada del demonio y la alcance de vista con algún
horror y turbación espiritual, a veces harto penosa para el alma. Entonces
algunas veces se puede el alma despedir presto, sin que haya lugar de hacer en
ella impresión en el dicho horror del espíritu malo; y se recoge dentro de sí,
favorescida para esto de la eficaz merced espiritual que el ángel bueno
entonces le hace.
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