26/6/17

ENCUENTRO CON LA SOMBRA

(El poder del lado oscuro de la naturaleza humana)

Carl G. Jung / Joseph Campbe.

ll / Marie-Louise von Franz / Robert Bly / Ken Wilber / Nathaniel Branden / Sam Keen / Larry Dossey / Rollo May / M. Scott Peck / James Hillman / John Bradshaw y otros.

Edición a cargo de Connie Zweig y Jeremia Abrams.                                                    



CIENTOSEXAGESIMOSÉPTIMA ENTREGA



NOVENA PARTE



EL TRABAJO CON LA SOMBRA: CÓMO ILUMINAR LA OSCURIDAD
MEDIANTE LA TERAPIA, LOS RELATOS Y LOS SUEÑOS



40: CÓMO APRENDER A RELACIONARNOS CON EL MAL (1)



Liliane Frey-Rohn (1)

Decana de la escuela de analistas de Zurich, Suiza, fue íntima colaboradora de Jung y es autora de numerosos textos sobre el tema del mal. Entre otros, ha escrito los siguientes libros: Friedrich Nietzsche: A Psichologycal Interpretation of His Life and Work y From Freud to Jung: A Comparative Study of the Psychology of the Unconscious.



Cuando un ser humano se enfrenta al mal es posible que se manifiesten sus virtudes más elevadas. Pero, aunque sea posible transformar la maldad en bondad, no debemos olvidar, no obstante, que se trata tan sólo de una posibilidad. El problema fundamental de cualquier psicología del mal consiste en aprender a relacionarnos con ese adversario -con este oponente numinoso y peligroso- que se oculta en las profundidades de nuestro psiquismo sin que termine destruyéndonos.


Podríamos, por ejemplo, trazar un círculo alrededor del mal y afirmar que debe ser sublimado o reprimido o, como sugería Nietzsche, podríamos aliarnos a él -a la otra cara de la moral- y tratar de actualizar en nuestra experiencia la ciega voluntad de vivir. Ambas tentativas, no obstante, apuntan hacia objetivos claramente diferentes. El psicólogo que emplea el primer método pretende neutralizar el mal reconciliando al individuo con la moral colectiva o poniendo límites a sus propios deseos. En sus últimos escritos, Freud destacó el efecto curativo de una “educación para la realidad” y del adiestramiento del intelecto, (1) e intentó alcanzar ambos objetivos fortaleciendo al Logos ante los poderes de la Ananké (el ominoso destino). Nietzsche, por su parte, a diferencia de la actitud pesimista de Freud, asumió la postura representada por el segundo de los métodos mencionados y defendió la afirmación dionisíaca del mundo, el amor fati (2) y proclamó las virtudes del superhombre y del infrahombre. Ambas posturas, sin embargo, son unilaterales y terminan conduciendo a una disociación entre la bondad consciente y la maldad inconsciente ya que, como intentaremos demostrar, tanto la “bondad excesiva” -que fortalece la maldad interna- como “la falta de moral” terminan provocando una disociación entre el bien y el mal.


Quisiera resaltar a este respecto que William James llegó a la conclusión de que la salud espiritual constituye un elemento fundamental para que la personalidad humana alcance una totalidad armónica. (3) Pero la personalidad religiosa estable no descansa en la perfección moral sino en la aceptación de nuestras actitudes reprimidas. Para James, el secreto de la conquista del bien y el mal consiste en la aceptación incondicional de los dictados de nuestro Yo inconsciente. (4) En este sentido, si bien no desestimó el riesgo de quedar a merced de la voz interna -ya que jamás podremos estar seguros de si se trata de una voz divina o diabólica- mantuvo que el único camino de salvación consiste en la entrega del individuo a la dimensión transpersonal e inconsciente.


No obstante, como señala Jung, la relación con el mal constituye una empresa individual que sólo podemos describir muy vagamente. La experiencia nos demuestra de continuo que el individuo no tiene ninguna garantía de poder superar este reto ni tampoco existe ningún criterio objetivo para saber lo que es “correcto” en cada situación ya que la experiencia de la sombra arquetípica nos enfrenta a lo absolutamente “desconocido” y, por consiguiente, nos expone a peligros imprevisibles. Se trata de un acontecimiento similar al de experimentar en todo su esplendor la misma imagen de Dios -la bondad y la maldad absolutas- una experiencia que puede transformar por completo la personalidad de un ser humano (tanto su ego como su sombra).



Notas



(1) Sigmund Freud, The Future of an Illusion, trad.., W. D. Robson-Scott, International Psycho-Analytical Library, vol. 15 (Londres: The Hogarth Press, Ltd., 1949), p. 86.
(2) Friedrich Nietzsche, The Case of Wagner, en Select Aforism in Work, vol. VIII, p. 59.
(3) William James, p. 176.

(4) Ibid., p. 488, nota. “En la búsqueda religiosa de las personas (dos veces nacidas) el mal no se evita sino que simplemente se suprime.”

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