SAN
JUAN DE LA CRUZ
NOCHE
OSCURA
SEPTUAGESIMOSEGUNDA
ENTREGA
LIBRO SEGUNDO
DE LA NOCHE OSCURA,
TRÁTASE DE LA MÁS ÍNTIMA PURGACIÓN, QUE ES LA SEGUNDA NOCHE (PASIVA) DEL
ESPÍRITU.
CAPÍTULO 23 (4)
12 / Porque estos son
los toques que ella le entró pidiendo en los Cantares, diciendo: Osculetur me osculo sui, etc. Que, por
ser cosa que tan a lo junto pase con Dios, donde el alma con tantas ansias
codicia llegar, estima y codicia un toque de esta Divinidad más que todas las
mercedes que Dios le hace. Por lo cual, después que en los dichos Cantares le había
hecho muchas (que ella allí ha contado), no hallándose satisfecha, dice
pidiendo estos toques divinos: ¿Quién te
me dará, hermano mío, que te hallase yo sola afuera mamando los pechos de mi
madre, para que con la boca de mi alma te besase, y así no me despreciase ni se
me atreviese ninguno? (8,1). Dando a entender por esto que, siendo la
comunicación que Dios le hiciese para sí solo (como vamos diciendo) afuera y (a
excusa) de todas las criaturas -que esto quiere decir solo y afuera mamando; esto es, enjugando y apagando los pechos y
los apetitos de la parte sensitiva-; lo cual es cuando (ya con libertad de
espíritu, sin que la parte sensitiva alcance a impedirlo, ni el demonio por
medio de ella a contradecirlo) goza el alma en sabor y paz íntima estos bienes;
que entonces no se le atrevería el demonio, porque no lo alcanzaría, ni podría
llegar a entender estos divinos toques en la sustancia del alma en la amorosa
sustancia de Dios.
13 / A este bien
ninguno llega si no es por íntima desnudez y purgación y escondrijo espiritual
de todo lo que es criatura; lo cual es a
oscuras, como largamente habemos dicho atrás y decimos acerca de este
verso, en celada y escondido. En el
cual escondido, como ahora habemos dicho, se va confirmando el alma en la unión
con Dios (por amor); y por eso lo canta ella en dicho verso, diciendo:
A
oscuras y en celada.
14 / Cuando acaece que
aquellas mercedes se le hacen al alma en
celada, que es sólo (como habemos dicho) en espíritu, suele en algunas de
ellas el alma verse -sin saber cómo es aquello- tan apartada y alejada según la
parte espiritual y superior de la porción inferior y sensitiva, que conoce en
sí dos partes tan distintas entre sí, que le parece no tiene que ver la una con
la otra, pareciéndole que está muy remota y apartada de la una. Y a la verdad,
en cierta manera así lo está, porque según la operación, que entonces es toda
espiritual, en estos escondrijos de contemplación unitiva se le acaban por sus
términos de quitar las pasiones y apetitos espirituales en mucho grado, y así,
hablando de la porción superior del alma, dice luego este último verso:
estando
ya mi casa sosegada.
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