7/8/17

ENCUENTRO CON LA SOMBRA

(El poder del lado oscuro de la naturaleza humana)

Carl G. Jung / Joseph Campbell.

ll / Marie-Louise von Franz / Robert Bly / Ken Wilber / Nathaniel Branden / Sam Keen / Larry Dossey / Rollo May / M. Scott Peck / James Hillman / John Bradshaw y otros.

Edición a cargo de Connie Zweig y Jeremia Abrams.                                                    



CIENTOSEPTUAGESIMOTERCERA ENTREGA



DÉCIMA PARTE



RECUPERAR NUESTRO LADO OSCURO MEDIANTE LA INTUICIÓN, EL ARTE Y EL RITUAL



INTRODUCCIÓN (3)



El psicólogo y escritor Nathaniel Branden -que fue quien popularizó el término Yo enajenado- nos relata en “Asumir el Yo Enajenado” el modo en que varios de sus clientes llegaron a tomar conciencia de sus sentimientos infantiles de dolor y de poder.


En “Educar a Nuestra Vergonzosa Voz Interna” -un fragmento de Healing the Shame That Bind Us- el escritor y líder de talleres grupales John Bradshaw investiga la función crítica y avergonzante de la voz interna. Como dice la analista junguiana Gilda Frantz: “Para llegar a integrar el complejo de la sombra debemos mascar nuestra vergüenza una y otra vez como si se tratara de un cartílago”.


En “El Aprendizaje de la Imaginación Activa” la analista Barbara Hanna nos ofrece una introducción general al trabajo con la imaginación activa -tal como le fue enseñada por el mismo Jung- que puede mostrar a los lectores una forma práctica de utilizar su energía creativa para integrar su propia sombra.


A continuación siguen dos artículos -especialmente escritos para este libro- en lo que la artista de Los Angeles Linda Jacobson nos enseña a utilizar la visualización para evocar imágenes y esbozar gráficamente la sombra y la psicoterapeuta y novelista Deena Metzger, por su parte, nos propone el ejercicio de escribir sobre los demás como una forma muy reveladora de trabajo con la propia sombra.


Por más esfuerzos que realicemos y por más prolongadas que sean las negociaciones que llevemos a cabo para reapropiarnos de la sombra, el resultado, sin embargo, es incierto. No sabemos de ningún ser humano que haya hecho consciente toda la vergüenza, la avaricia, los celos, la rabia, el racismo y la tendencia a hacer enemigos. No existe ningún ser humano que haya dejado de proyectar sobre los demás sus mezquindades más oscuras o sus aspiraciones más elevadas.


En realidad, el proceso de descubrimiento de la sombra es interminable y cada vez que afrontamos un nuevo miedo, cada vez que aceptamos algo que previamente habíamos rechazado, descubrimos la existencia de un estrato todavía más profundo. Pero en el recoveco más insospechado del camino podemos encontrarnos con que las cualidades que nos parecían más atractivas y luminosas revelan sus facetas más oscuras y aquellas otras que nos resultaban más insoportables se convierten, por el contrario, en algo sumamente interesante.


Así, por ejemplo, cuando una mujer reprime su propia sensualidad percibirá a las mujeres voluptuosas como demasiado llamativas y manipuladoras. Pero esta sensación de extrañeza desaparecerá en el mismo momento en que tome conciencia de su propia sensualidad. Del mismo modo, cuando un hombre que detestaba los negocios por considerarlos demasiado competitivos y codiciosos alcanza el éxito deja de enjuiciar de una manera tan intransigente a sus semejantes. En cada uno de estos casos nuestra identidad se expande hasta llegar a incluir aquellas características que habíamos negado en nosotros mismos y que habíamos terminado desterrando sobre los demás.



El campo de batalla de esta guerra entre opuestos es el mismo corazón del ser humano. Sólo podremos llegar a convertirnos en portadores de la luz cuando seamos capaces de abrazar compasivamente el lado oscuro de la realidad. Cuando nos abrimos a los demás -a los extraños, a los débiles, a los pecadores, a los marginados- cuando simplemente los tenemos en cuenta terminamos transmutándolos y, al actuar así, nos acercamos a la plenitud.

No hay comentarios: