21/8/17

ENCUENTRO CON LA SOMBRA

(El poder del lado oscuro de la naturaleza humana)

Carl G. Jung / Joseph Campbell.

ll / Marie-Louise von Franz / Robert Bly / Ken Wilber / Nathaniel Branden / Sam Keen / Larry Dossey / Rollo May / M. Scott Peck / James Hillman / John Bradshaw y otros.

Edición a cargo de Connie Zweig y Jeremia Abrams.                                                    



CIENTOSEPTUAGESIMOQUINTA ENTREGA



DÉCIMA PARTE


RECUPERAR NUESTRO LADO OSCURO MEDIANTE LA INTUICIÓN, EL ARTE Y EL RITUAL



41: ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE NUESTRA PROPIA SOMBRA


Ken Wilber (2)



En el nivel egoico la proyección es fácilmente identificable. Cuando una persona, o una cosa, nos informa, lo más probable es que no estemos proyectando; si, por el contrario, nos afecta es muy plausible que estemos siendo víctimas de nuestras propias proyecciones. Es perfectamente posible, por ejemplo, que Jill fuera una remilgada pero ¿sería una razón suficiente para que Betty la odiara? Evidentemente no. Betty no sólo recibía información de que Jill era una remilgada sino que además se sentía fuertemente afectada por la mojigatería de Jill, un signo inequívoco de que su odio por ella no era más que el desprecio -proyectado a extravertido- que sentía hacia sí misma. De modo similar, cuando Jack duda entre limpiar o no el garaje, si ese impulso no hubiera sido realmente suyo, se hubiera limitado a responder que había cambiado de opinión. Sin embargo, Jack no hizo eso sino que se indignó con ella, “¡Qué desfachatez. Quería obligarme a limpiar el garaje!” Jack había proyectado su propio deseo y lo experimentaba como apremio, de modo que la inocente pregunta de su esposa no le informó sino que le afectó profundamente y se sintió injustamente presionado. Y esta es una diferencia fundamental: lo que vemos en los demás es más o menos correcto si se limita a facilitarnos información pero si nos produce un fuerte impacto emocional no hay la menor duda de que se trata de una proyección. De este modo, tanto si estamos excesivamente ligados emocionalmente a alguien -o a algo- como si lo eludimos u odiamos, estamos abrazando o luchando respectivamente con la sombra, un signo inequívoco de que el dualismo-represión-proyección cuaternaria ha tenido lugar.


Desmantelar una proyección implica “descender” por el espectro de la conciencia (desde el nivel de la sombra hasta el nivel egoico) y cuando nos re-apropiamos de aquellos aspectos que anteriormente habíamos alienado ampliamos nuestra área de identificación. Para ello, el primer paso, el paso preliminar, consiste siempre en comprender que lo que consideramos que el entorno nos hace de manera mecánica no es más que lo que nos estamos haciendo a nosotros mismos. Nosotros somos los únicos responsables.



Por consiguiente, si siento ansiedad probablemente alegaré que soy una víctima indefensa de la tensión, que la gente o las situaciones son las causantes de mi ansiedad. El primer paso consiste en ser plenamente consciente de la ansiedad, establecer contacto con ella, temblar, estremecerme, tener dificultades para respirar -sentirla realmente, aceptarla y expresarla- comprender que yo soy el único responsable, que estoy tenso, que al bloquear la excitación la experimento como angustia. Yo soy el único causante de mi propia ansiedad. La angustia no es un asunto que se desarrolle entre yo y el medio ambiente sino que tiene lugar exclusivamente en mi interior. Este cambio de actitud supone que, en lugar de alienar mi excitación, en vez de desvincularme de ella y protestar por ser una víctima, he asumido la responsabilidad de lo que estoy haciendo conmigo mismo.

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