2/8/17

HUGO GIOVANETTI VIOLA


HABEMUS CIELO



UNO: SOPA DE HORROR



TERCERA ENTREGA



9



Michita encontró a Pirín escuchando un long-play de Ángel Vargas con la orquesta de D’Agostino y se puso a aplaudir radiantemente.

-Le tuvimos poca fe al remedio nuevo -abrió las manos apenas temblorosas el hombrecito como si fuera a declamar un Padrenuestro. -Esta vez pensé que el Cuco no se acababa más. ¿Y la misa?

-Divina. Nos quedamos de charla con Senel. ¿No querés que prepare un tuco liviano para los tallarines?

-Sí. Podríamos festejar.

En ese momento el ruiseñor de las calles porteñas empezó a cantar Ninguna y la mujer maquillada con colorete puso a hervir agua en la cocina.

-Pa -rebañó el tuco con un pedazo de baguette Pirín después de devorar el segundo plato. -¿Por qué no invitás a Senel a una tallarinada?

-¿Sabés que hoy me contó que a las familias que pierden un hijo les pide que traten de bailar un rock and roll la noche misma del entierro para festejar la resurrección? Lo mismo que hizo Jerónimo con ellos.

-Esto merece que escuchemos de nuevo al ruiseñor -usó de servilleta otro pedazo de baguette Santiago Rosso, con la sonrisa dorada por el tuco.

-Dejá que yo manejo mejor la púa.

Y recién cuando llegó el surco de Ninguna la vieja liliputiense se puso a trozar una manzana y una naranja y al extender el bol coronado por una frutilla dijo casi en secreto:

-¿Jerónimo se suicidó?

-Dio la vida, que es distinto  -tuvo que alzar la ensalada de frutas agarrada con las dos manos para sorberla el hombre-duende. -Durante años fue un secreto familiar de los Rabí.

-Entonces no me lo cuentes.

-A esta altura lo sabe todo el mundo. El flaco murió en Atlántida haciéndole el amor a una vecina que el marido había dejado infectada de sida. Y nadie puede negar que él ya andaba con el corazón a la miseria. Pero eso no es matarse.

-Ahora entiendo.

-Este tango lo cantábamos juntos en la Sierra -señaló el tocadiscos Pirín.

-Senel me dijo que ni su madre ni su hermana le pudieron perdonar nunca a Dios que les robara a Sabrina y a Jerónimo en menos de cinco años.

-Lucas usa muy poco la palabra rajem en su Evangelio -desembuchó un gran eructo el hombre antes de entrelazar las manos sobre su estómago. -Significa que Jesús sacaba la misericordia desde acá. Como si estuviese pariendo. Ellas precisan eso.

-¿Te sentís mal?

-La que se siente muerta en vida es la magnolia que mojó la luna. Porque ella no cree que el Padre puede hacer lo imposible para levantarle el corazón.

Michita pareció no animarse a torcer el perfil hacia el afiche de Casiopea.



10



-El otro día me prestaron las memorias de la hija de Salinger -le informó el doctor Rabí a Senel, manoteando un libraco que coronaba su mesita de luz. -Y te aseguro que la criatura que él aparece cargando en la portada de tu facebook es Peggy y no Matthew.

-Yo no quisiera leerlo.

-¿Y cómo te va en el Facebook?

-Mejor de lo que pensaba -sonrió el hombre-muchacho con aura de galán: -Ni en la parroquia se puede tener una visión tan bipolar del carnaval del mundo. El mes de vacaciones lo voy a invertir predicando encapuchado desde mi muro.

-Perdoname que insista, pero mirá que en estas memorias infames de Peggy Salinger se pescan datos preciosos. ¿Vos sabías que el padre de Jerry también se llamaba Solomon? Aunque no creo que haya sido un moishe santo como tu abuelo.

-Ta. Ahora perdoname vos por interrumpirte a lo bestia, viejo. Pero Poli tiene razón: hay veces que parece que estuvieras deseando que tu nódulo fuera maligno.

-Y además nunca te conté que en el velorio de tu abuelo me sentí religioso del todo por primera vez en mi vida -eludió una respuesta directa el médico arbóreamente ancho y de facciones estancadas en la primera infancia. -¿Así que a tu hermana lo que la preocupa es mi demencia senil y no mi posible carcinoma tiroideo?

-Es que andás diciendo que te sentís consolando a tus amigos en tu propio velorio.

-Y me imagino que tampoco sabés que la noche que internamos a Brenda con una pérdida seismesima el moishe ofreció su vida por la tuya y al otro día encontraron intacto el útero de tu madre y el obstetra me dijo que era algo inexplicable.

-Ese milagro me lo contó mi abuela la católica suicida.

-Pero no creo que te haya contado que tu abuelo volvió a casarse enamoradísimo y enseguida de enviudar se fue del mundo psicosomatizando un nódulo como el mío. El mal de Basedow lo puede producir el enfermo desde el bocho. Ya está comprobado.

-Pero vos tenés que asumir que Poli y mamá nunca van a aceptar esas cosas.

-Lo que ellas no soportan es que alguien dé su vida. Y piensan que lo único que le importó a Jerónimo fue imitar a Jesús y no abrigarle el alma a una mujer sidosa.

-Es que en eso podrían tener razón.

-Un hombre que encuentra al mártir que hay en su corazón es capaz de dar todo. Ese es un verso de Jerónimo. Pero mi viejo no quiso imitar a Jesús, y además siempre nos dijo que si uno reza el De profundis como si precisase el abrigo de un pañuelo, el cielo te responde. Y a él la arquitectura divina le concedió retirarse dignamente del mundo.

-Yo estoy orgulloso de que te sientas tan bien frente las opacidades frutales del poniente, gordo. Pero hay que reconocer que tu nódulo puede ser nada más que bocio.

-Yo lo que te aseguro es que lo que pedí con un pañuelo en la cara no fue morirme. Y espero que me creas.

-¿Cómo no voy a creerte?

-Y no sé si tendré cáncer, pero lo que me está enseñando el cielo es que puedo ser feliz como sea. Y que no importa el costo.



11



-Hoy no hubo necesidad de descolgar el afiche para sacarte del Getsemaní -le pegó un tirón a la persiana Michita, haciendo que su marido empinara la cabeza con el automatismo de un jugador de fútbol. -Fue la misma Shejiná la que nos trajo los bizcochos.

-Ta. Ya me levanto -le mostró unos dientes casi fastidiados Santiago a Brenda, que lo saludaba alzando un brazo desde la puerta del dormitorio. -Vayan haciendo el mate.

-Es que vi la ventana tan cerrada que me imaginé que habría un Cuco terrible -explicó la mujer botticelliana cuando empezaron a bizcochear en el comedor.

-Bingo -aplaudió Michita. -Y te portaste como tu hijo el cura.

-No se precisa ser cura para darle una mano a los vecinos -se le crisparon las arrugas a Brenda.

-Es que a mí a la hora del lobo muchas veces me vence la caguera -sostuvo el mate con las manos muy temblantes Pirín. -Y para colmo hoy soñé que frente a casa había una iglesia negra. ¿Nunca pensaste que si el mismísimo flaco sudó sangre en el Getsemaní es porque creer de verdad es mucho más difícil de lo que nos parece?

-¿Cómo es que se llama esa enfermedad, viejo? Nunca voy a poder acordarme del nombre.

-Hematidrosis o Hematohidrosis.

-¿Qué enfermedad? -se frunció la mujer dorada.

-Es una especie de pánico que te hace transpirar sangre. Le pasa a un porcentaje infinitesimal de gente.

-No sabía. Pero me acuerdo que una vez le pregunté a mi cuñado con todo respeto quién le vio ese sudor rojo a Jesús si todos los discípulos estaban dormidos y Jerónimo no supo  contestarme.

-Ah -levantó una risa con emoción de gol el celebérrimo ex-half derecho de Liverpool y de las selecciones uruguayas. -Es que la escena aparece en el Evangelio de Lucas pero el único que pudo verlo fue Marcos, que en aquel momento era un chiquilín y se había escondido en la cabaña del Monte de Los Olivos donde el padre guardaba los rodillos de la prensa de aceite. Él se lo debe haber contado a Lucas.

-Y además aclarale que el padre era el fariseo millonario Elías Marcos, que lo dejaba quedarse a Jesús en el lagar -mordió una corola de crema pastelera Michita. -Y que aquella misma noche le había prestado el primer piso de su mansión para que celebrara la última cena clandestina en Jerusalén.

-A mí nunca nadie me explicó nada de eso -se le amansó el fundamentalismo pétreo a Brenda.

-Escuchame, Shejiná -la señaló blandiendo el bastón Pirín. -Lo que importa es entender que el Cuco que hizo aterrorizarse a Jesús fue el miedo de no resucitar después que lo crucificaran. Lo mismo que nos pasa todos los días a nosotros.

-¿Y vos pensás que eso me sirve de consuelo?

-Pero es la única manera de darse cuenta de lo que significa la resurrección.



12



-Por fin nos conocemos -le dio una manaza el doctor Rabí a Abel Rosso cuando el hombre parecido a Cézanne lo hizo pasar al cuartelito de la calle Lepanto. -Aunque me sé tus libros de memoria. Hace décadas.

-Favor que usted me hace, como le gustaba decir a Levrero.

Y después que entraron al apartamento 002 Rabí apenas les prestó atención a los cuadros que arcoirisaban el sombrío comedor con kichenet para señalar uno de los recortes tachuelados por Abel en la puerta del dormitorio: era una portada del diario Olé donde Forlán aparecía corriendo en el mundial de Sudáfrica bajo la leyenda Artiganes o pierdas.

-Senel dice que el periodista que puso este título es un verdadero poeta -se acomodó el hombrón en el sofá unipersonal forrado de cuerina que sobrevivía entre sillas de madera muy incómodas.

-Para mí Forlán es uno de los hombres más importantes de la historia del Uruguay. El primer Capitán del Vuelo del siglo XXI.

-Uh. Si yo siguiera viviendo con Brenda y me diera por hacer ese comentario ella me mandaría al diablo de nuevo ipso facto.

-¿Tan así?

-Cuando Poli vino de Viena por primera vez a pasar un mes de vacaciones estábamos los cuatro cenando juntos y yo cité una sentencia filosófica que le atribuyen al Negro Jefe y ella se fue corriendo al baño y nunca más durmió conmigo. Supongo que la conocerás: Si le empatamos a la realidad, le ganamos a cualquiera.

-Claro que ese es un koan de Obdulio -se frotó la pelada Abel Rosso. -Pero cuando la mujer ya está pa dirse arma un quilombo porque estornudaste con una flema, lo mismo. Mi ex-esposa tampoco soporta que alguien crea como un loco en la Purificación.

-Yo diría como un santo.

-Bueno, eso ya es decir mucho.

-No es mucho ni poco: es la única salida. Jerónimo lo supo siempre y a mí me costó toda la vida entenderlo. Y eso es lo que terminaron por asumir el Seymour de Salinger o el curita de Graham Greene o mi propio hijo. Mirá, el otro día encontré en Facebook unas citas tomadas de un libro que se llama Casa de las estrellas: el universo contado por los niños.

-Vi el título posteado.

-Allí una chiquilina de siete años que se llama Natalia define a la iglesia como el lugar donde uno va a perdonar a Dios.

-Pa. La Canço del Lladre.


-Pero no son solamente las mujeres que se sienten expulsadas del paraíso las que necesitan perdonar al Padre -se acarició el bulto que le asimetrizaba la papada el doctor de facciones infantiles. -Porque tanto mi hermano como vos y yo tuvimos madres que también nos obligaron a odiarlo. Y no hay otra manera de pisarle la cabeza al odio que vivir contemplando santamente la alegría del reino. Aunque ellas después te maten.

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