HUGO GIOVANETTI VIOLA
HABEMUS CIELO
UNO: SOPA DE HORROR
TERCERA ENTREGA
9
Michita encontró a Pirín escuchando un long-play de
Ángel Vargas con la orquesta de D’Agostino y se puso a aplaudir radiantemente.
-Le tuvimos poca fe al remedio nuevo -abrió las
manos apenas temblorosas el hombrecito como si fuera a declamar un
Padrenuestro. -Esta vez pensé que el Cuco no se acababa más. ¿Y la misa?
-Divina. Nos quedamos de charla con Senel. ¿No querés
que prepare un tuco liviano para los tallarines?
-Sí. Podríamos festejar.
En ese momento el
ruiseñor de las calles porteñas empezó a cantar Ninguna y la mujer maquillada con colorete puso a hervir agua en la
cocina.
-Pa -rebañó el tuco con un pedazo de baguette Pirín
después de devorar el segundo plato. -¿Por qué no invitás a Senel a una
tallarinada?
-¿Sabés que hoy me contó que a las familias que
pierden un hijo les pide que traten de bailar un rock and roll la noche misma
del entierro para festejar la resurrección? Lo mismo que hizo Jerónimo con
ellos.
-Esto merece que escuchemos de nuevo al ruiseñor
-usó de servilleta otro pedazo de baguette Santiago Rosso, con la sonrisa
dorada por el tuco.
-Dejá que yo manejo mejor la púa.
Y recién cuando llegó el surco de Ninguna la vieja liliputiense se puso a
trozar una manzana y una naranja y al extender el bol coronado por una frutilla
dijo casi en secreto:
-¿Jerónimo se suicidó?
-Dio la vida,
que es distinto -tuvo que alzar la
ensalada de frutas agarrada con las dos manos para sorberla el hombre-duende.
-Durante años fue un secreto familiar de los Rabí.
-Entonces no me lo cuentes.
-A esta altura lo sabe todo el mundo. El flaco
murió en Atlántida haciéndole el amor a una vecina que el marido había dejado
infectada de sida. Y nadie puede negar que él ya andaba con el corazón a la
miseria. Pero eso no es matarse.
-Ahora entiendo.
-Este tango lo cantábamos juntos en la Sierra
-señaló el tocadiscos Pirín.
-Senel me dijo que ni su madre ni su hermana le
pudieron perdonar nunca a Dios que les robara a Sabrina y a Jerónimo en menos
de cinco años.
-Lucas usa muy poco la palabra rajem en
su Evangelio -desembuchó un gran eructo el hombre antes de entrelazar las manos
sobre su estómago. -Significa que Jesús sacaba la misericordia desde acá. Como si estuviese pariendo. Ellas
precisan eso.
-¿Te sentís mal?
-La que se siente muerta en vida es la
magnolia que mojó la luna. Porque ella no cree que el Padre puede hacer lo imposible para levantarle el corazón.
Michita pareció no animarse a torcer el perfil
hacia el afiche de Casiopea.
10
-El otro día me prestaron las memorias de la hija
de Salinger -le informó el doctor Rabí a Senel, manoteando un libraco que
coronaba su mesita de luz. -Y te aseguro que la criatura que él aparece
cargando en la portada de tu facebook es Peggy y no Matthew.
-Yo no quisiera leerlo.
-¿Y cómo te va en el Facebook?
-Mejor de lo que pensaba -sonrió el hombre-muchacho
con aura de galán: -Ni en la parroquia se puede tener una visión tan bipolar
del carnaval del mundo. El mes de vacaciones lo voy a invertir predicando
encapuchado desde mi muro.
-Perdoname que insista, pero mirá que en estas
memorias infames de Peggy Salinger se
pescan datos preciosos. ¿Vos sabías que el padre de Jerry también se llamaba
Solomon? Aunque no creo que haya sido un moishe
santo como tu abuelo.
-Ta. Ahora perdoname vos por interrumpirte a lo
bestia, viejo. Pero Poli tiene razón: hay veces que parece que estuvieras
deseando que tu nódulo fuera maligno.
-Y además nunca te conté que en el velorio de tu
abuelo me sentí religioso del todo
por primera vez en mi vida -eludió una respuesta directa el médico arbóreamente
ancho y de facciones estancadas en la primera infancia. -¿Así que a tu hermana
lo que la preocupa es mi demencia senil y
no mi posible carcinoma tiroideo?
-Es que andás diciendo que te sentís consolando a
tus amigos en tu propio velorio.
-Y me imagino que tampoco sabés que la noche que
internamos a Brenda con una pérdida seismesima el moishe ofreció su vida por la tuya y al otro día encontraron intacto el útero de tu madre y el
obstetra me dijo que era algo inexplicable.
-Ese milagro me lo contó mi abuela la católica
suicida.
-Pero no creo que te haya contado que tu abuelo
volvió a casarse enamoradísimo y
enseguida de enviudar se fue del mundo psicosomatizando
un nódulo como el mío. El mal de Basedow lo
puede producir el enfermo desde el bocho. Ya está comprobado.
-Pero vos tenés que asumir que Poli y mamá nunca
van a aceptar esas cosas.
-Lo que ellas no soportan es que alguien dé su vida. Y piensan que lo único que
le importó a Jerónimo fue imitar a Jesús y
no abrigarle el alma a una mujer sidosa.
-Es que en eso podrían tener razón.
-Un hombre
que encuentra al mártir que hay en su corazón es capaz de dar todo. Ese es
un verso de Jerónimo. Pero mi viejo no
quiso imitar a Jesús, y además siempre nos dijo que si uno reza el De profundis como si precisase el abrigo
de un pañuelo, el cielo te responde.
Y a él la arquitectura divina le concedió
retirarse dignamente del mundo.
-Yo estoy orgulloso de que te sientas tan bien
frente las opacidades frutales del
poniente, gordo. Pero hay que reconocer que tu nódulo puede ser nada más
que bocio.
-Yo lo que te aseguro es que lo que pedí con un
pañuelo en la cara no fue morirme. Y
espero que me creas.
-¿Cómo no voy a creerte?
-Y no sé si tendré cáncer, pero lo que me está
enseñando el cielo es que puedo ser feliz
como sea. Y que no importa el costo.
11
-Hoy no hubo necesidad de descolgar el afiche para
sacarte del Getsemaní -le pegó un tirón a la persiana Michita, haciendo que su
marido empinara la cabeza con el automatismo de un jugador de fútbol. -Fue la
misma Shejiná la que nos trajo los
bizcochos.
-Ta. Ya me levanto -le mostró unos dientes casi
fastidiados Santiago a Brenda, que lo saludaba alzando un brazo desde la puerta
del dormitorio. -Vayan haciendo el mate.
-Es que vi la ventana tan cerrada que me imaginé
que habría un Cuco terrible -explicó la mujer botticelliana cuando empezaron a
bizcochear en el comedor.
-Bingo -aplaudió Michita. -Y te portaste como tu
hijo el cura.
-No se precisa ser cura para darle una mano a los
vecinos -se le crisparon las arrugas a Brenda.
-Es que a mí a la hora del lobo muchas veces me
vence la caguera -sostuvo el mate con las manos muy temblantes Pirín. -Y para
colmo hoy soñé que frente a casa había una iglesia
negra. ¿Nunca pensaste que si el mismísimo flaco sudó sangre en el
Getsemaní es porque creer de verdad es
mucho más difícil de lo que nos parece?
-¿Cómo es que se llama esa enfermedad, viejo? Nunca
voy a poder acordarme del nombre.
-Hematidrosis
o Hematohidrosis.
-¿Qué enfermedad? -se frunció la mujer dorada.
-Es una especie de pánico que te hace transpirar
sangre. Le pasa a un porcentaje infinitesimal de gente.
-No sabía. Pero me acuerdo que una vez le pregunté
a mi cuñado con todo respeto quién le vio
ese sudor rojo a Jesús si todos los discípulos estaban dormidos y Jerónimo
no supo contestarme.
-Ah -levantó una risa con emoción de gol el
celebérrimo ex-half derecho de Liverpool y de las selecciones uruguayas. -Es
que la escena aparece en el Evangelio de Lucas pero el único que pudo verlo fue
Marcos, que en aquel momento era un chiquilín y se había escondido en la cabaña
del Monte de Los Olivos donde el padre guardaba los rodillos de la prensa de
aceite. Él se lo debe haber contado a Lucas.
-Y además aclarale que el padre era el fariseo
millonario Elías Marcos, que lo dejaba quedarse a Jesús en el lagar -mordió una
corola de crema pastelera Michita. -Y que aquella misma noche le había prestado
el primer piso de su mansión para que celebrara la última cena clandestina en
Jerusalén.
-A mí nunca nadie me explicó nada de eso -se le
amansó el fundamentalismo pétreo a Brenda.
-Escuchame,
Shejiná -la señaló blandiendo el bastón Pirín. -Lo que importa es entender
que el Cuco que hizo aterrorizarse a
Jesús fue el miedo de no resucitar después que lo crucificaran. Lo mismo
que nos pasa todos los días a nosotros.
-¿Y vos pensás que eso me sirve de consuelo?
-Pero es la única manera de darse cuenta de lo que
significa la resurrección.
12
-Por fin nos conocemos -le dio una manaza el doctor
Rabí a Abel Rosso cuando el hombre parecido a Cézanne lo hizo pasar al
cuartelito de la calle Lepanto. -Aunque me sé tus libros de memoria. Hace
décadas.
-Favor que usted me hace, como le gustaba decir a
Levrero.
Y después que entraron al apartamento 002 Rabí
apenas les prestó atención a los cuadros que arcoirisaban el sombrío comedor
con kichenet para señalar uno de los recortes tachuelados por Abel en la puerta
del dormitorio: era una portada del diario Olé
donde Forlán aparecía corriendo en el mundial de Sudáfrica bajo la leyenda Artiganes o pierdas.
-Senel dice que el periodista que puso este título
es un verdadero poeta -se acomodó el hombrón en el sofá unipersonal forrado de
cuerina que sobrevivía entre sillas de madera muy incómodas.
-Para mí Forlán es uno de los hombres más
importantes de la historia del Uruguay. El primer Capitán del Vuelo del siglo
XXI.
-Uh. Si yo siguiera viviendo con Brenda y me diera
por hacer ese comentario ella me mandaría al diablo de nuevo ipso facto.
-¿Tan así?
-Cuando Poli vino de Viena por primera vez a pasar
un mes de vacaciones estábamos los cuatro cenando juntos y yo cité una
sentencia filosófica que le atribuyen al Negro Jefe y ella se fue corriendo al
baño y nunca más durmió conmigo. Supongo que la conocerás: Si le empatamos a la realidad, le ganamos a cualquiera.
-Claro que ese es un koan de Obdulio -se frotó la pelada Abel Rosso. -Pero cuando la
mujer ya está pa dirse arma un
quilombo porque estornudaste con una flema, lo mismo. Mi ex-esposa tampoco soporta
que alguien crea como un loco en la
Purificación.
-Yo diría como
un santo.
-Bueno, eso ya es decir mucho.
-No es mucho ni poco: es la única salida. Jerónimo lo supo siempre y a mí me costó toda la
vida entenderlo. Y eso es lo que terminaron por asumir el Seymour de Salinger o
el curita de Graham Greene o mi propio hijo. Mirá, el otro día encontré en Facebook
unas citas tomadas de un libro que se llama Casa
de las estrellas: el universo contado por los niños.
-Vi el título posteado.
-Allí una chiquilina de siete años que se llama
Natalia define a la iglesia como el lugar donde
uno va a perdonar a Dios.
-Pa. La Canço
del Lladre.
-Pero no son solamente las mujeres que se sienten expulsadas del paraíso las que necesitan
perdonar al Padre -se acarició el
bulto que le asimetrizaba la papada el doctor de facciones infantiles. -Porque
tanto mi hermano como vos y yo tuvimos madres que también nos obligaron a odiarlo. Y no hay otra manera de pisarle la cabeza
al odio que vivir contemplando santamente
la alegría del reino. Aunque
ellas después te maten.
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