RICARDO AROCENA
ESTUDIANTINA
Los organismos internacionales, el conflicto educativo,
el Presupuesto Nacional, los estudiantes, los trabajadores y algunos hitos en
la historia de la Universidad de la República, en su relación con la sociedad
uruguaya.
SEXTA
ENTREGA
UNIVERSIDAD Y COMPROMISO
Semejantes designios entran en franca contradicción con
la esencia misma de nuestra Casa Mayor de Estudios, con su historia, con sus
definiciones, con el pensamiento de sus más destacados representantes, desde
Vázquez Acevedo, pasando por Vaz Ferreira, hasta Cassinoni, Maggiolo o
Reverdito. Pero, sin embargo, no encuentran en las autoridades una franca
oposición. La interna universitaria oscila entre una “cultura” que le viene de
la historia, pero a la cual cada día le va quedando menos contenido y propuestas
claudicantes, cuando no afines a los proyectos de la mundialización.
Eso es notorio en la actitud desdibujada de las autoridades frente al poder
político, en la modificación de los programas de estudio en las distintas
carreras, como por ejemplo en Ciencias Sociales y Ciencias Económicas, en los
cursos para egresados que hacen especial hincapié en el marketing y en el
mercado, por ejemplo en Facultades como Ingeniería, en los proyectos de mejora
de gestión incorporados en el seno de la Universidad, en la conformación de
verdaderos “colegios invisibles” que gobiernan a espaldas de los organismos del
co-gobierno, en los cambios en los códigos de conducta que han llevado a
utilizar la cátedra o el orden como trampolín para ambiciones político
partidarias, en las abismales diferencias salariales entre los propios
universitarios, en los “convenios” que se firman con el exterior condicionando
la independencia universitaria, en la pérdida de peso de las instancias
democráticas, en el impulso de las P.P.P en el hospital de Clínicas, etc.
En última instancia, la Universidad, como decíamos al principio, refleja las
contradicciones que vive la sociedad. En nuestro caso refleja a una sociedad
maltrecha, desgajada, que ha ido perdiendo sus grandes paradigmas. Detrás hay
un nuevo ordenamiento mundial, que cuestiona la propia razón de ser de estos
estados nacionales, cada día más subdesarrollados y dependientes.
Deberíamos hablar de otras alternativas. De un Uruguay realmente “productivo y
con justicia social” como vienen reclamando los sindicatos. De una Universidad
que, como lo hizo a lo largo de su historia, marque rumbos diferentes, que
elabore sus propios proyectos, que no renuncie y sea renuente, porque la obliga
su propia Carta Orgánica, a expresarse sobre los grandes dramas del país.
Que ante los planes de deshumanización,
levante una propuesta humanizadora y humanística, democrática y republicana,
inspiradora de nuevas utopías que tengan por norte a la humanidad, al
conocimiento, al combate contra la discriminación y la pobreza, la defensa del
medio ambiente, los derechos humanos, y en particular, entre ellos el derecho a
poder educarse sin trabas ni condicionamientos.
No es en la soledad de la cátedra, no lo fue nunca, sino
empapada de calor popular, que va a encontrar respuestas. No es “haciendo buena
letra” ante el poder de turno, ni ajustando hacia la interna, que encontrará
los caminos, tampoco nunca fue así. Por lo que decíamos más arriba, claro
está, no sólo depende de la Universidad que cambien las cosas, no se trata de
pedir peras al olmo, ni que la institución se transforme en un “estado mayor”
de una revolución que saque a la sociedad de su angustia.
Muchos temas han alimentado en los últimos
años la discusión universitaria. Entre ellos, por ejemplo, las políticas en
materia de extensión e investigación, los cambios producidos por la
masificación del estudiantado, la incidencia de las nuevas tecnologías en
materia de conocimiento y los distintos problemas epistemológicos que, en
última instancia, aún en la intimidad del saber científico, expresan los
grandes marcos culturales a los que hacíamos referencia, pero indudablemente lo
que en estos días preside todas las instancias es el debate por las carencias
presupuestales.
CASI HOY
Tiene razón la FEUU cuando rechaza los recortes en
materia de salud y educación. Su declaración ha sido contundente: "Los
estudiantes organizados vamos a estar en el lugar que nos corresponde en la
lucha por más presupuesto para la educación pública que nos depara este año: en
la calle al lado de los trabajadores, docentes y demás gremios de estudiantes
de formación docente y secundaria."
"Vamos a pelear por conquistar los reclamos que se condicen con las
necesidades más urgentes de los estudiantes. Contra las limitantes al acceso a
la educación pública y las medidas que favorecen la deserción."
"Vamos a salir a respaldar el pedido de la Universidad donde logramos
sobre la base de la actuación de los delegados centrales de la FEUU incluir los
puntos de nuestra plataforma que plantean solucionar los problemas de cupos al
ingreso y durante la carrera, mejorar la oferta de turnos, mejorar la relación
docente-estudiante, generar un fuerte sistema de becas, concretar la gratuidad
de todos los niveles y avanzar en la existencia de guarderías y salas de
lactancia para estudiantes, docentes y funcionarios en los distintos servicios.
"
"Vamos a denunciar los engaños sobre la situación económica que se
plantean desde el gobierno, donde intentan justificar las medidas de
“austeridad económica” como inevitables, cuando lo que las determina es la
voluntad política de mantener un rumbo de beneficios al gran
capital. Vamos a salir a reivindicar un presupuesto para la Universidad y
la ANEP no menor al 6% del PBI, como lo prometió en su campaña el actual
gobierno."
A casi 100 años de la reforma de Córdoba los estudiantes
parecen repetir aquello de "Los dolores que quedan son
las libertades que faltan”; no están solos, sus
sueños vienen de lejos y van lejos, ante su firme presencia, puede decirse, que
el futuro de la Universidad está en buenas manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario