SAN
JUAN DE LA CRUZ
CÁNTICO
ESPIRITUAL
DECIMOTERCERA ENTREGA
Canción
5ª (1)
Mil
gracias derramando
pasó
por estos sotos con presura
y,
yéndolos mirando,
con
sola su figura
vestidos
los dejó de hermosura.
DECLARACIÓN
1
/
En esta canción responden las criaturas a la alma, la cual respuesta, como
también dice San Agustín en aquel mismo lugar, es el testimonio que dan en sí
de la grandeza y excelencia de Dios a la alma que por la consideración se lo
pregunta. Y así, en esta canción lo que se contiene, que en su sustancia es,
que Dios crió todas las cosas con gran facilidad y brevedad y en ellas dejó
algún rastro de quien Él era, no sólo dándoles el ser de nada, mas aun
dotándolas de innumerables gracias y virtudes, hermoseándolas con admirable
orden y dependencia indeficiente que tienen unas de otras, y esto todo
haciéndolo por la Sabiduría suya por quien los crió, que es el Verbo, su
Unigénito Hijo. Dice, pues, así:
Mil
gracias derramando.
2
/
Por estas “mil gracias” que dice iba derramando, se entiende la multitud de las
criaturas innumerables; que por eso pone aquí el número mayor, que es “mil”,
para dar a entender la multitud de ellas; a las cuales llama “gracias”, por las
muchas gracias de que dotó a cada criatura; las cuales “derramando”, es a
saber, todo el mundo de ellas poblando,
pasó
por estos sotos con presura.
3
/
Pasar por los sotos es criar los elementos que aquí llama “sotos”; por los
cuales dice que derramando mil gracias pasaba, porque de todas las criaturas
los adornaba, que son graciosas; y allende de eso, en ellas derramaba las mil
gracias, dándoles virtud para poder concurrir con le generación y conservación
de todas ellas. Y dice que “pasó”, porque las criaturas son como un rastro del
paso de Dios, por el cual se rastrea su grandeza, potencia y sabiduría, y otras
virtudes divinas. Y dice que este paso fue con “presura”, porque las criaturas
son las obras menores de Dios, que las hizo como de paso; porque las mayores,
en que más se mostró y en que más él reparaba, eran las de la Encarnación de el
Verbo y misterios de la fe cristiana, en cuya comparación todas las demás eran
hechas como de paso, son apresuramiento.
Y,
yéndolos mirando,
con
sola su figura
vestidos
los dejó de hermosura.
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