22/10/18



LECCIONES DE VIDA


ELISABETH KÜBLER-ROSS Y DAVID KESSLER


CIENTOVIGESIMOSEGUNDA ENTREGA


15 / LECCIÓN FINAL (4)


Resulta difícil enfrentarse a la muerte antes de tiempo, pero la muerte forma parte de la misma esencia de la vida. Hemos pedido a los moribundos que sean nuestros maestros porque no podemos experimentar y analizar la muerte antes de que nos haya llegado la hora. Debemos confiar en las enseñanzas de quienes se han enfrentado a enfermedades mortales.


Las personas realizan cambios enormes cuando se encuentran al borde de la muerte. Hemos escrito este libro para explicar las lecciones que se aprenden al final mismo de la vida a las personas que todavía disponen mucho tiempo para realizar cambios y disfrutar de los resultados.


Una de las lecciones más sorprendentes que nos ofrecen nuestros maestros es que la vida no termina cuando les diagnostican una enfermedad terminal, sino que en ese momento cuando empieza la verdad. Y eso es así porque cunado reconocemos la realidad de la muerte tenemos que reconocer también la realidad de la vida. Entonces nos damos cuenta de que todavía estamos vivos, que tenemos que vivir nuestra vida en este momento y que, hoy por hoy, sólo disponemos de esta existencia. La lección más importante que nos dan los moribundos es que tenemos que vivir todos los días con plenitud.


¿Cuándo fue la última vez que miramos con atención el mar, olimos la mañana o tocamos los cabellos de un bebé? ¿Cuándo fue la última vez que saboreamos y disfrutamos de una comida, caminamos descalzos por la yerba o miramos el azul del cielo? Por lo que sabemos, es posible que no tengamos otras oportunidades de vivir estas experiencias. Resulta revelador oír decir a los moribundos que lo único que quieren es ver las estrellas una vez más o contemplar el océano. Muchos de nosotros vivimos cerca del mar pero no nos concedemos tiempo para mirarlo. Todos vivimos bajo las estrellas, pero ¿cuándo miramos el cielo? ¿Vivimos y saboreamos la vida de verdad? ¿Vemos y sentimos lo extraordinario, sobre todo en lo cotidiano?


Se dice que cada vez que nace un niño, Dios ha decidido que el mundo continúe. Del mismo modo, cuando nos despertamos se nos ofrece un nuevo día de vida para que lo experimentemos. ¿Cuándo fue la última vez que vivimos un día plenamente?


Nunca tendremos otra existencia como esta, no volveremos a representar este papel ni viviremos la vida como lo hacemos ahora. Nunca volveremos a experimentar el mundo como lo hacemos en la actualidad, con las mismas circunstancias, los mismos padres, hijos y familia. Nunca volveremos a tener este grupo de amigos ni disfrutaremos de la tierra y sus maravillas en una época como esta.


No espere a echar una última mirada al mar, las estrellas o un ser querido. Hágalo ahora.

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