SAN
JUAN DE LA CRUZ
CÁNTICO
ESPIRITUAL
OCTOGÉSIMA ENTREGA
CANCIONES
29 Y 30
A
las aves ligeras,
leones,
ciervos, gamos saltadores,
montes,
valles, riberas.
aguas,
aires, ardores,
y
miedos en las noches veladores:
Por
las amenas liras
y
canto de serenas, os conjuro
que
cesen vuestras iras
y
no toquéis al muro,
por
que la esposa duerma más seguro.
DECLARACIÓN
(5)
10
/ Ya dijimos que las “amenas liras” significan la suavidad de el alma en este
estado; porque, así como la música de las liras llena el ánimo de suavidad y
recreación, de manera que tiene el ánimo tan embebecido y suspenso que le tiene
enajenado de penas y sinsabores, así esta suavidad tiene el alma tan en sí que
ninguna pena le llega; y por eso conjura a todas las molestias de las potencias
y pasiones que cesen por la suavidad. Y también el “canto de serenas” (como
también queda dicho) significa el deleite ordinario que el alma posee, por el
cual también está desnuda de todos los contrarios y operaciones molestas dichas, las cuales son entendidas en el
verso que luego dice, es a saber:
que
cesen vuestras iras.
11
/
Llamando “iras” a todas las operaciones y afecciones desordenadas que habemos
dicho. Porque así como la ira es cierto ímpetu que sale de el límite de la razón
cuando obra viciosamente, así todas las afecciones y operaciones ya dichas
exceden de el límite de la paz y tranquilidad de el alma si reinan en ella. Y
por eso dice:
y
no toquéis al muro.
12
/
Por el “muro” se entiende el vallado de paz y virtudes y perfecciones que ya
tiene el alma donde está amparada, que es el muro y defensa de el huerto de su
Amado; por lo cual la llama él en los Cantares: “Hortus conclusus soror mea”;
que quiere decir: “Mi hermana es un huerto cercado” (4,12). Por tanto, no le
toquéis a este muro.
13
/
Es a saber, por más que a sabor se deleite de la quietud y suavidad de que goza
en el huerto donde se ha entrado, “el cuello reclinado -sobre los dulces brazos
de el Amado”. Y así no hay pena para el
alma ya puerta cerrada.
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