11/2/19


JUAN DE MARSILIO

CROAR

(ROMANZAS PARA SABO BAJO – BARÍTONO)



DE SAPOS Y EXTRANJERÍA



Tarde o temprano
todos los sapos sienten
ser de otro pozo.
(Soy de este sitio
pero me siento a veces
muy extranjero.)



ACERCA DE LA ANGUSTIA

Estoy poniendo todo de mi parte
Roberto Bolaño



Si estoy poniendo todo de mi parte
-si estás poniendo todo de la tuya-
Dios pondrá lo que falte
-y quitará lo que daña-
tarde o temprano.


Gran virtud la paciencia, gran virtud
-que también la da Dios, como todas,
aunque a veces nos cueste darnos cuenta.



PARADOJA Y CAFÉ POR LA MAÑANA



Leo muy de mañana en un café.


Hay hermosura en lo que leo y en
el mundo circundante.


De pronto me enteran
de una amiga que está
parada y oscilando en la frontera
entre la vida y la muerte.


Rezo por ella y por los suyos.


Dios, cuando toque, me habrá de explicar
-si quisiera por qué y para qué
esta mezcla terrible de las cosas.


Mientras tanto, yo rezo y la belleza
hace que el caos sea soportable.



CORTESÍA



La cortesía
-la sincera, claro-
es el bien
en tono menor,
o por mejor decirlo
un tesoro en moneda menuda
que Dios y los prójimos llueven sobre uno
de a poco.


Falta hacer la justicia
-dura brega-
pero la cortesía, mientras tanto,
es a la vez caricia y aliciente,
acto de caridad,
en el sano sentido del concepto.


Pero no te conformes
con la cortesía.



RETROSPECTIVA

Y piedad para mis años hasta arribar a los 26
Roberto Bolaño


Ruego piedad para mis años mozos,
sin novia y con envidia.


Tengo esos tiempos en la lista de
lo que quisiera se quemase,
cuando se me refine por el fuego.
Pero Dios sabrá.


Mientras tanto,
de a un pétalo por día,
se va abriendo la flor del perdón
que el Juan que seré algún día
le conceda, tal vez, al Juan que fui.



ORACIÓN



Escribo
para decirle a Dios lo que Él ya sabe
y yo voy, con trabajo, descubriendo:
jamás un verso mío ha de asombrarlo.


Él, sin embargo, nunca, nunca lee
mostrando interés fingido
para ocultar indiferencia cierta.


Sus comentarios,
pocos
(pero qué orientadores).



MEZQUINAS INTENCIONES



Cuando soy el peor de los varios que soy,
escribo para convencerte y un poco para convencerme
de que he hecho mucho el ridículo,
pero con rara elegancia.


Las cobardías de la edad madura,
esas veces las trato de vender como perlas
de añeja
sabiduría.


Yo,
que no puedo ser otro que el peor posible,
compongo unas excusas de lo más musicales,
que algún lector me compra algunas veces
(y si no, me las como yo mismo).


Entonces me alegra y consuela saber
que ha de olvidarse todo cuanto he escrito
(y diga Usted si no le suenan nobles
estos versos de mierda
que acaba de leer).



MANUAL PARA LLORAR CON ELEGANCIA



Para llorar bien tendrás
que hacer como el bandoneón,
que llora sin ser llorón.
Cuesta. Pero aprenderás.



PARA UNA VIEJA AMANTE QUE HOY YA ES VIEJA



No hay brújulas ni mapas ni navíos
que nos lleven de vuelta
a aquellas tormentosas y atormentadas
sábanas de alquiler
-gracias a Dios.


Deseo que hayan sido buenos tus años,
que te hayan dado tus hijos
razones decentes para el orgullo
y que pronto los nietos te alegren.


Con que no me recuerdes con rencor
tendré bastante,
y de muy buena gana aceptaría
que no me recordaras en absoluto:
me ayudaría a hacerme la ilusión
de no haber sido tan ruin.




NO PERO SÍ



No me arrepiento
pero sí me arrepiento
del mal que causé
con buena intención,
o al menos sin mala
(y del mal hecho adrede me arrepiento
sin ambigüedad).


Con la ayuda de Dios,
los años que me queden
quisiera dedicarlos a desempedrar
mi camino al Infierno.



VIEJO CAFÉ DEL CENTRO



Ambos estamos viejos sin atenuantes
-y no me brinda consuelo
que ella seis años más.


Cuando nos encontramos, cada tanto,
hacemos como si ella nunca hubiera sabido
que estaba enamorado.


Eran charlas larguísimas
-siete y ocho cafés-
en las que el tema a menudo
eran los tipos casados
con los que se enredaba.


Donde estaba el café
hay ahora un puñado
de negocios de rubros diversos,
a ninguno de los cuales
he tenido coraje para entrar.


Y eso que en el local que da a la esquina
hay una heladería de primera.



CEBOLLAS

Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Rubén Darío

...in hac lacrimarum valle.
Salve Regina



Desde hace unos días,
en los sitios y momentos
menos a propósito,
la vida pareciera que me pone
como a picar unas cebollas
imaginarias.


De algunos compasión,
de otros fastidio
y de los más apenas
indiferencia.


Cierto que transitamos
por un valle de lágrimas,
pero se considera
de pésima educación
esto de irlas mostrando
a cualquiera
por ahí.



VIOLETAS



Ponen cara de estar oliendo mierda
para darse importancia y convencidos
de que son la gran cosa
-o tal vez convencidos de que no lo son
pero disimulando desesperadamente,
para que no se les note.


Hacen de lo ampuloso su criterio
de superioridad y de elegancia,
sin notar que no hay modo peor de grosería.


No negaré que de más joven tuve
dos o tres tropezones,
porque también deslumbra el oropel.


Ya maduro y a punto
de empezar a pasarme, prefiero
la palabra justa,
los modales llanos,
la belleza de cara lavada,
la sobriedad del gesto y el vestido.


Para flores,
desde hace algunos años,
prefiero las violetas
-con su humildad, modestia y sencillez,
conmueven
sin ninguna intención de apabullar,
sin pretender ser más de lo que son,
con si en vez de flores fuesen hierba.



MIEDO



Palomas de cerámica, muñecos
de peluche y variadas chucherías
que en las fechas de amor y de estrechez
se regalan los cónyuges, a falta
del viaje a Europa siempre postergado
por años y años y años, tantos que
viaja primero un cuerpo al cementero
acostado y el otro con apenas
alma dentro de sí va en el segundo
vehículo luctuoso del cortejo.


Vuelvo a casa del mundo. La cabeza
me bulle de proyectos y de asuntos.
Ardua fue la tarea.
No reparo en los mínimos
monumentos de amor: son cotidianos
detalles de la casa.


Cuando pienso que un día asumirán
su condición de cursis y terribles
fantasmas de un amor largo plazo
-todo plazo se cumple-
me viene un miedo tal que casi ruego
a Dios partir primero de esta vida.



CANSANCIO EN LOS OJOS



Nada vi en la mañana que fuese
maravilloso ni monstruoso:
no hubo mujeres con alas
ni perros con dos cabezas.


Anduve por caminos de rutina
o con mirada rutinaria anduve,
temo.


Debo sentarme un rato a discernir
si es que empieza a tentarme la seguridad
o el tanto mirar para ver
me ha cansado un poquito los ojos.



EXTRAÑEZA



Lo de todos los días
no hay más certera forma de decirlo
que desde el insondable
extrañamiento que produce
cada vez que uno lo mira
dispuesto a verlo como es.


Canta después quien lo viera
con rara voz grave,
que es de veras la suya,
aunque la emita en pocas ocasiones.



PRIMUM NON NOCERE



Hay bajo las corazas de esos prójimos
que viven como blindados
a menudo una piel
que en días niños o muchachos fuera
muy lastimada demasiado pronto.


Gran culpa cabe a quien temprano daña.



OMISIÓN



De ti no escribió San Juan,
no sé si por olvido o por desprecio.


Pues que eras muy consciente de que no estabas
exento de pecado ni mucho menos,
con paciencia y prudencia,
mantuviste tu piedra en la mano,
esperando a que algún desaforado
desoyese al Maestro,
que sobre la segunda pedrada y las siguientes
no se había expedido.



SOBRE LA TOZUDEZ, CUANDO ES SUICIDIO



No logro andar sin Dios. Y eso que trato.


En mis días de orgullo rebelde y necio
-que son los más de mis días-
me pongo de espaldas a Dios
pero la sombra estrecha que proyecto
sólo subraya
Su luz.


Entre Dios,
que carece de espalda,
y yo, que soy menos que insignificante,
resulta que no logro andar sin Dios...


Aunque siempre me queda el recurso
de arrancarme los ojos
y tratar de olvidar que Él siempre ve.



LO MENOS ES LOS MÁS



No me tomen en cuenta
los defectos y excesos,
las malas cualidades,
los errores.
Les suplico que casi
no me tomen en cuenta.


Soy del mismo buen barro que cualquiera,
pero, como tantos,
he malversado mucho de lo que soy
porque estoy,
como todos,
malherido
(aunque ha sido peor mi desempeño
que el de muchos millones
de prójimos más meritorios).


Quédense,
por favor,
con algún esporádico buen gesto
o con algún amago de buen gesto,
que ese fui el de verdad, y lo restante
Dios y mis prójimos me lo perdonen.



CONSEJO PARA TIEMPOS DE ARIDEZ
a mi hija Leticia



La dulce bienandanza de la fe serena
no es premio merecido sino regalo,
nunca lo olvides.


Sin embargo,
cuando pases por días de aridez,
aunque sepas que el rumbo al manantial
y la fuerzas de dar paso tras paso
te lloverán por dentro, pues son dones de Arriba,
obra a la vez como si dependieses
sólo de tu porfiada voluntad.


Y esto último tampoco
has de olvidarlo nunca.



DE ARENA



Maravillas y horrores de poca importancia
serán gloria y angustia en mi jornada,
tan ardua como ínfima:
soy un tipo cualquiera entre miles
de millones de tipos cualesquiera,
un granito de arena más o menos pensante
indistinguible en el arenal,
que en realidad es apenas
contenido de clepsidra.


Sin embargo,
vistas al microscopio,
también las bacterias resultan descomunales.


Como no soy un gigante,
mis gozos menores y mis penas pequeñas
colman mi medida
y algunas veces casi la desbordan.



CAFÉ FRÍO



Pues me puse temprano a febriles tareas urgentes,
se me ha enfriado el café del desayuno
y estoy a medio camino
del mediodía y el almuerzo.


Podría
hacer una pausa
y prepararme otro café
pero ya no sería lo mismo.


Así con muchas cosas en mi vida
y en las de muchos otros:
una lista larguísima de oportunidades
dejadas pasar
y a veces
un extraño regusto en la boca
del pequeño burgués
que tiene tiempo de pensar en estas
menudencias creyendo
que filosofa.



CONFESIÓN



He comenzado a escribir
poemas de amor
cuando ya eran tantos
los juramentos murmurados que
se había enseguida llevado el viento,
dándome la sensación
de que era natural
que los incumpliese,
que por paciente efecto residual,
lentamente junté, poquito a poco,
muchísima vergüenza.



SABER Y MODORRA



A lo largo
y mejor a lo ancho
de mi dilatada
carrera
profesional,
he dormitado en muchos
congresos y simposios
académicos.


Es un noble placer que extrañaré,
en unos años,
cuando me jubile.



CONFERENCIA



Más calladito el sapo
cuanto más se siente
sapo de otro pozo.


Asisto en primera fila
a una conferencia
de la que no entiendo,
pese a lo que esperan
mis jefes de mí,
ni jota


Algunos de mis colegas
juzgan oportuno
intercambiar cuchicheos
acerca de tal o cual cosa que dice
el docto expositor.


Yo guardo absoluto silencio,
que espero se tome
por atención sesuda y reverente.



HUMILDE ALABANZA



He leído
que el ser vivo más grande del planeta
es un hongo
y el más viejo una sequoia.


Moderemos los hombres nuestro orgullo.


Claro que ni el hongo
tiene conciencia de su tamaño
ni sabe la sequoia
de su longevidad.


Sintamos, pues, los hombres moderado
orgullo de nuestro saber
y rindamos honores al Autor
de la curiosidad,
los hongos, las sequoias y los hombres.



A MANO ALZADA



Veloz,
a mano alzada,
una estudiante mía muy talentosa
ha dibujado en clase mi retrato.


Su ejecución bella y veraz
me ha presentado más viejo de lo que me gusta
pero ni más ni menos
de lo que soy.


He contenido a tiempo
las ganas de sancionarla.


Acaso en unos años su memoria
me retrate más benévolo
de lo que de veras
haya logrado ser en esta vida.



FINAL



Ya pronto este sapo da el salto final
con la esperanza de caer -por fin-
en pozo que no le resulte
ajeno.


Y ahí sí que mi croar será bel canto.

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