JUAN DE MARSILIO
CROAR
(ROMANZAS PARA
SABO BAJO – BARÍTONO)
DE SAPOS Y EXTRANJERÍA
Tarde o temprano
todos los sapos
sienten
ser de otro pozo.
(Soy de este sitio
pero me siento a
veces
muy extranjero.)
ACERCA DE LA ANGUSTIA
Estoy poniendo todo de mi parte
Roberto Bolaño
Si estoy poniendo
todo de mi parte
-si estás poniendo
todo de la tuya-
Dios pondrá lo que
falte
-y quitará lo que
daña-
tarde o temprano.
Gran virtud la
paciencia, gran virtud
-que también la da
Dios, como todas,
aunque a veces nos
cueste darnos cuenta.
PARADOJA Y CAFÉ POR LA MAÑANA
Leo muy de mañana
en un café.
Hay hermosura en
lo que leo y en
el mundo
circundante.
De pronto me
enteran
de una amiga que
está
parada y oscilando
en la frontera
entre la vida y la
muerte.
Rezo por ella y
por los suyos.
Dios, cuando
toque, me habrá de explicar
-si quisiera por
qué y para qué
esta mezcla
terrible de las cosas.
Mientras tanto, yo
rezo y la belleza
hace que el caos
sea soportable.
CORTESÍA
La cortesía
-la sincera,
claro-
es el bien
en tono menor,
o por mejor
decirlo
un tesoro en
moneda menuda
que Dios y los
prójimos llueven sobre uno
de a poco.
Falta hacer la
justicia
-dura brega-
pero la cortesía,
mientras tanto,
es a la vez
caricia y aliciente,
acto de caridad,
en el sano sentido
del concepto.
Pero no te
conformes
con la cortesía.
RETROSPECTIVA
Y piedad para mis años hasta arribar a los 26
Roberto Bolaño
Ruego piedad para
mis años mozos,
sin novia y con
envidia.
Tengo esos tiempos
en la lista de
lo que quisiera se
quemase,
cuando se me
refine por el fuego.
Pero Dios sabrá.
Mientras tanto,
de a un pétalo por
día,
se va abriendo la
flor del perdón
que el Juan que
seré algún día
le conceda, tal
vez, al Juan que fui.
ORACIÓN
Escribo
para decirle a
Dios lo que Él ya sabe
y yo voy, con
trabajo, descubriendo:
jamás un verso mío
ha de asombrarlo.
Él, sin embargo,
nunca, nunca lee
mostrando interés
fingido
para ocultar
indiferencia cierta.
Sus comentarios,
pocos
(pero qué
orientadores).
MEZQUINAS INTENCIONES
Cuando soy el peor
de los varios que soy,
escribo para
convencerte y un poco para convencerme
de que he hecho
mucho el ridículo,
pero con rara
elegancia.
Las cobardías de
la edad madura,
esas veces las
trato de vender como perlas
de añeja
sabiduría.
Yo,
que no puedo ser
otro que el peor posible,
compongo unas
excusas de lo más musicales,
que algún lector
me compra algunas veces
(y si no, me las
como yo mismo).
Entonces me alegra
y consuela saber
que ha de
olvidarse todo cuanto he escrito
(y diga Usted si
no le suenan nobles
estos versos de
mierda
que acaba de
leer).
MANUAL PARA LLORAR CON ELEGANCIA
Para llorar bien
tendrás
que hacer como el
bandoneón,
que llora sin ser
llorón.
Cuesta. Pero
aprenderás.
PARA UNA VIEJA AMANTE QUE HOY YA ES VIEJA
No hay brújulas ni
mapas ni navíos
que nos lleven de
vuelta
a aquellas
tormentosas y atormentadas
sábanas de
alquiler
-gracias a Dios.
Deseo que hayan
sido buenos tus años,
que te hayan dado
tus hijos
razones decentes
para el orgullo
y que pronto los
nietos te alegren.
Con que no me
recuerdes con rencor
tendré bastante,
y de muy buena
gana aceptaría
que no me
recordaras en absoluto:
me ayudaría a
hacerme la ilusión
de no haber sido
tan ruin.
NO PERO SÍ
No me arrepiento
pero sí me
arrepiento
del mal que causé
con buena
intención,
o al menos sin
mala
(y del mal hecho
adrede me arrepiento
sin ambigüedad).
Con la ayuda de
Dios,
los años que me
queden
quisiera
dedicarlos a desempedrar
mi camino al
Infierno.
VIEJO CAFÉ DEL CENTRO
Ambos estamos
viejos sin atenuantes
-y no me brinda
consuelo
que ella seis años
más.
Cuando nos
encontramos, cada tanto,
hacemos como si
ella nunca hubiera sabido
que estaba
enamorado.
Eran charlas
larguísimas
-siete y ocho cafés-
en las que el tema
a menudo
eran los tipos
casados
con los que se
enredaba.
Donde estaba el
café
hay ahora un
puñado
de negocios de
rubros diversos,
a ninguno de los
cuales
he tenido coraje
para entrar.
Y eso que en el
local que da a la esquina
hay una heladería
de primera.
CEBOLLAS
Cuando quiero
llorar, no lloro...
y a veces lloro
sin querer...
Rubén Darío
...in hac lacrimarum valle.
Salve Regina
Desde hace unos
días,
en los sitios y
momentos
menos a propósito,
la vida pareciera
que me pone
como a picar unas
cebollas
imaginarias.
De algunos
compasión,
de otros fastidio
y de los más
apenas
indiferencia.
Cierto que
transitamos
por un valle de
lágrimas,
pero se considera
de pésima
educación
esto de irlas
mostrando
a cualquiera
por ahí.
VIOLETAS
Ponen cara de
estar oliendo mierda
para darse
importancia y convencidos
de que son la gran
cosa
-o tal vez
convencidos de que no lo son
pero disimulando
desesperadamente,
para que no se les
note.
Hacen de lo
ampuloso su criterio
de superioridad y
de elegancia,
sin notar que no
hay modo peor de grosería.
No negaré que de
más joven tuve
dos o tres
tropezones,
porque también
deslumbra el oropel.
Ya maduro y a
punto
de empezar a
pasarme, prefiero
la palabra justa,
los modales
llanos,
la belleza de cara
lavada,
la sobriedad del
gesto y el vestido.
Para flores,
desde hace algunos
años,
prefiero las
violetas
-con su humildad,
modestia y sencillez,
conmueven
sin ninguna
intención de apabullar,
sin pretender ser
más de lo que son,
con si en vez de
flores fuesen hierba.
MIEDO
Palomas de
cerámica, muñecos
de peluche y
variadas chucherías
que en las fechas
de amor y de estrechez
se regalan los
cónyuges, a falta
del viaje a Europa
siempre postergado
por años y años y
años, tantos que
viaja primero un
cuerpo al cementero
acostado y el otro
con apenas
alma dentro de sí
va en el segundo
vehículo luctuoso
del cortejo.
Vuelvo a casa del
mundo. La cabeza
me bulle de
proyectos y de asuntos.
Ardua fue la
tarea.
No reparo en los
mínimos
monumentos de
amor: son cotidianos
detalles de la
casa.
Cuando pienso que
un día asumirán
su condición de
cursis y terribles
fantasmas de un
amor largo plazo
-todo plazo se
cumple-
me viene un miedo
tal que casi ruego
a Dios partir
primero de esta vida.
CANSANCIO EN LOS OJOS
Nada vi en la
mañana que fuese
maravilloso ni
monstruoso:
no hubo mujeres
con alas
ni perros con dos
cabezas.
Anduve por caminos
de rutina
o con mirada
rutinaria anduve,
temo.
Debo sentarme un
rato a discernir
si es que empieza
a tentarme la seguridad
o el tanto mirar
para ver
me ha cansado un
poquito los ojos.
EXTRAÑEZA
Lo de todos los
días
no hay más certera
forma de decirlo
que desde el
insondable
extrañamiento que
produce
cada vez que uno
lo mira
dispuesto a verlo
como es.
Canta después
quien lo viera
con rara voz
grave,
que es de veras la
suya,
aunque la emita en
pocas ocasiones.
PRIMUM NON NOCERE
Hay bajo las
corazas de esos prójimos
que viven como
blindados
a menudo una piel
que en días niños
o muchachos fuera
muy lastimada
demasiado pronto.
Gran culpa cabe a
quien temprano daña.
OMISIÓN
De ti no escribió
San Juan,
no sé si por
olvido o por desprecio.
Pues que eras muy
consciente de que no estabas
exento de pecado
ni mucho menos,
con paciencia y prudencia,
mantuviste tu
piedra en la mano,
esperando a que
algún desaforado
desoyese al
Maestro,
que sobre la
segunda pedrada y las siguientes
no se había
expedido.
SOBRE LA TOZUDEZ, CUANDO ES SUICIDIO
No logro andar sin
Dios. Y eso que trato.
En mis días de
orgullo rebelde y necio
-que son los más
de mis días-
me pongo de
espaldas a Dios
pero la sombra
estrecha que proyecto
sólo subraya
Su luz.
Entre Dios,
que carece de
espalda,
y yo, que soy
menos que insignificante,
resulta que no
logro andar sin Dios...
Aunque siempre me
queda el recurso
de arrancarme los
ojos
y tratar de
olvidar que Él siempre ve.
LO MENOS ES LOS MÁS
No me tomen en
cuenta
los defectos y
excesos,
las malas
cualidades,
los errores.
Les suplico que
casi
no me tomen en cuenta.
Soy del mismo buen
barro que cualquiera,
pero, como tantos,
he malversado
mucho de lo que soy
porque estoy,
como todos,
malherido
(aunque ha sido
peor mi desempeño
que el de muchos
millones
de prójimos más
meritorios).
Quédense,
por favor,
con algún
esporádico buen gesto
o con algún amago
de buen gesto,
que ese fui el de
verdad, y lo restante
Dios y mis
prójimos me lo perdonen.
CONSEJO PARA TIEMPOS DE ARIDEZ
a mi hija Leticia
La dulce
bienandanza de la fe serena
no es premio
merecido sino regalo,
nunca lo olvides.
Sin embargo,
cuando pases por
días de aridez,
aunque sepas que
el rumbo al manantial
y la fuerzas de
dar paso tras paso
te lloverán por
dentro, pues son dones de Arriba,
obra a la vez como
si dependieses
sólo de tu
porfiada voluntad.
Y esto último
tampoco
has de olvidarlo
nunca.
DE ARENA
Maravillas y
horrores de poca importancia
serán gloria y
angustia en mi jornada,
tan ardua como
ínfima:
soy un tipo
cualquiera entre miles
de millones de
tipos cualesquiera,
un granito de
arena más o menos pensante
indistinguible en
el arenal,
que en realidad es
apenas
contenido de
clepsidra.
Sin embargo,
vistas al
microscopio,
también las
bacterias resultan descomunales.
Como no soy un
gigante,
mis gozos menores
y mis penas pequeñas
colman mi medida
y algunas veces
casi la desbordan.
CAFÉ FRÍO
Pues me puse
temprano a febriles tareas urgentes,
se me ha enfriado
el café del desayuno
y estoy a medio
camino
del mediodía y el
almuerzo.
Podría
hacer una pausa
y prepararme otro
café
pero ya no sería
lo mismo.
Así con muchas
cosas en mi vida
y en las de muchos
otros:
una lista
larguísima de oportunidades
dejadas pasar
y a veces
un extraño regusto
en la boca
del pequeño
burgués
que tiene tiempo
de pensar en estas
menudencias
creyendo
que filosofa.
CONFESIÓN
He comenzado a
escribir
poemas de amor
cuando ya eran
tantos
los juramentos
murmurados que
se había enseguida
llevado el viento,
dándome la
sensación
de que era natural
que los
incumpliese,
que por paciente
efecto residual,
lentamente junté,
poquito a poco,
muchísima
vergüenza.
SABER Y MODORRA
A lo largo
y mejor a lo ancho
de mi dilatada
carrera
profesional,
he dormitado en
muchos
congresos y
simposios
académicos.
Es un noble placer
que extrañaré,
en unos años,
cuando me jubile.
CONFERENCIA
Más calladito el
sapo
cuanto más se
siente
sapo de otro pozo.
Asisto en primera
fila
a una conferencia
de la que no
entiendo,
pese a lo que
esperan
mis jefes de mí,
ni jota
Algunos de mis colegas
juzgan oportuno
intercambiar
cuchicheos
acerca de tal o
cual cosa que dice
el docto
expositor.
Yo guardo absoluto
silencio,
que espero se tome
por atención
sesuda y reverente.
HUMILDE ALABANZA
He leído
que el ser vivo
más grande del planeta
es un hongo
y el más viejo una
sequoia.
Moderemos los
hombres nuestro orgullo.
Claro que ni el
hongo
tiene conciencia
de su tamaño
ni sabe la sequoia
de su longevidad.
Sintamos, pues,
los hombres moderado
orgullo de nuestro
saber
y rindamos honores
al Autor
de la curiosidad,
los hongos, las
sequoias y los hombres.
A MANO ALZADA
Veloz,
a mano alzada,
una estudiante mía
muy talentosa
ha dibujado en
clase mi retrato.
Su ejecución bella
y veraz
me ha presentado
más viejo de lo que me gusta
pero ni más ni
menos
de lo que soy.
He contenido a
tiempo
las ganas de
sancionarla.
Acaso en unos años
su memoria
me retrate más
benévolo
de lo que de veras
haya logrado ser
en esta vida.
FINAL
Ya pronto este
sapo da el salto final
con la esperanza
de caer -por fin-
en pozo que no le
resulte
ajeno.
Y ahí sí que mi
croar será bel canto.
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