FRANCISCO
ESPÍNOLA
SEPTUAGESIMOPRIMERA ENTREGA
Apéndice
III
Comentarios
del autor (2)
(Los
tres textos que siguen corresponden a originales manuscritos del autor y fueron
hallados en un sobre en el que figura, manuscrita por el autor, asimismo, esta
leyenda: “Algo de lo que se dijo en el SODRE con motivo de la lectura de
“Don Juan”).
Segundo
comentario
Vimos el viernes cómo a
la Comisaría del Tigre llega la carta del dependiente de la pulpería del Peludo
denunciando que este, prendido a un lazo, ha sido arrastrado por un toro; que
el lazo se partió y que él quedó moribundo bajo la luna. Que fue encontrado por
unos vinientes de un velorio, los cuales reconocen el lazo como de Don Juan, el
Zorro, y llevan al malherido a su casa donde su sobrina la Mulita, al verlo
así, se desmaya. Y también supimos que entre el dependiente y el Comisario
empiezan a preparar una trama para hacer aparecer a la Mulita como instigadora
del desmán, a fin de heredar, de una vez, a su tío, empezando por largar
partidas en persecución de Don Juan.
Conoceremos hoy dos
fragmentos más: el de la muerte del Peludo y el de su Velorio. Si atienden bien,
advertirán ustedes que ellos presentan diferencias de forma muy pronunciadas.
El primero, Muerte del Peludo, (1) está orquestado -diremos- todo lo que
el tema permite; hay minuciosidad descriptiva, pinceladas menudas, juegos de
matices, que imponen a la narración un movimiento general muy lento.
El otro fragmento, que
leeremos enseguida, el Velorio, (2) está realizado de modo diferente:
con trazos simples, rápidos, sin menciones casi a lo circundante; sin que se
haga sensible donde transcurre la acción. Es que pertenece al estado primitivo
de la novela, cuyas primeras partes fueron escritas al modo de narración oral,
esquemática por naturaleza. Creo que así, como veremos hoy, queda bien, lo
mismo; que en esa forma se puede realizar una buena novela. Pero yo fui ambicionando
dar un ámbito más vasto en la obra; poner todo lo que yo sé del país, de sus
usos, de sus costumbres. Y lo que escribí posteriormente -que es casi toda la
obra- fue ejecutado como La Comisaría del viernes, como el primer
fragmento, La muerte del Peludo, de hoy. Y así es cómo he de darle forma
definitiva.
Notas
(1) Es el que se publica
en este volumen con el título Agonía del Peludo. (N. de E.)
(2) Es el que aquí se
publica con el título Muerte y velorio del Peludo. (N. de E.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario