SAN JUAN DE LA CRUZ
CAUTELAS
(3)
CIENTOTRIGÉSIMA ENTREGA
INSTRUCCIÓN Y CAUTELAS DE
QUE DEBE USAR EL QUE DESEA SER VERDADERO RELIGIOSO Y LLEGAR A LA PERFECCIÓN
CONTRA
SÍ MSMO Y SAGACIDAD
DE
LA SENSUALIDAD
14. De otras tres
cautelas ha de usar el que se ha de vencer a sí mismo y su sensualidad, su
tercero enemigo.
PRIMERA
CAUTELA
15. La primera cautela
sea que entiendas que no has venido al convento sino a que todos te labren y
ejerciten. Y así, para librarte de todas las turbaciones que se te pueden
ofrecer acerca de las condiciones y trato de los religiosos y sacar provecho de
todo acaecimiento, conviene que pienses que todos son oficiales que están en el
convento para ejercitarte, como a la verdad lo son, y que unos te han de labrar
de palabra, otros de obra, otros de pensamiento contra ti, y que en todo esto
tú has de estar sujeto, como la imagen lo está ya al que la labra, ya al que la
pinta, ya al que la dora. Y si esto no guardas, no sabrás vencer tu sensualidad
y sentimientos, ni sabrás haberte bien en el convento con los religiosos, ni
alcanzarás la santa paz, ni te librarás de muchos tropiezos y males.
SEGUNDA
CAUITELA
16. La segunda cautela es
que jamás dejes de hacer las obras por la falta de gusto o sabor que en
ellas hallares, si conviene al servicio de Dios que ellas se hagan. Ni las
hagas por sólo el sabor y gusto que te dieren, sino que conviene hacerlas tanto
como las desabridas; porque sin esto es imposible que ganes constancia y que
venzas tu flaqueza.
TERCERA
CAUTELA
17. La tercera cautela
sea que nunca en los ejercicios el varón espiritual ha de poner los ojos en
lo sabroso de ellos para asirse de ello, y por sólo aquello hace los tales ejercicios;
ni ha de huir lo amargo de ellos, antes de buscar lo desabrido y trabajoso de
ellos y abrazarlo; con lo cual se pone freno a la sensualidad. Porque de otra
manera ni perderás el amor propio ni ganarás amor de Dios.
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