Analogías disfunsionales

Bienvenidos todos a este nuevo ciclo que espero esté colmado de salud, lo demás vendrá por añadidura. El fruto de toda angustia parte de cada uno, así como de cada alegría, y el accionar, solo puede estar pautado por el sesgo de la mente, de lo que pensamos, de lo que tendría que ser, y/o el aliento del espíritu, símbolo universal de todo entorno interior que pinta nuestra madera.

Por uno se sufre, por el otro, se descubre el Amor que por otra parte hablar hoy de Amor es como hablar de la trama de una comedia barata. Por algo que nos han dicho que es y por falta de tiempo y empeño en uno mismo, dejamos de sentir, dejamos que otro nos diga casi hasta sin quererlo muchas veces, y otras a “es profeso” nomás, de lo que es.

No quiero aburrir hablándote, de nuestras porquerías porque le estaría dando forma a mis propias podredumbres, que como Dioses, o mejor dicho, como hijo de Dioses que somos (llamale H), formamos parte de una aldea que muchos llaman ahora “global”, donde la carrera desmesurada por “bienes” totalmente inoperantes y ajenos para la existencia misma nos guía en un afán de lucro ajeno y mucha veces en la medida de nuestras posibilidades para alcanzar cosas que se desvanecerán una y otra vez. Y no cansados continuamos el camino hacia lo mismo, una y otra vez, como la moscas que se estrellan en un aparente sin sentido contra el vidrio de la ventana.

Cuando conquistas algo, tenés que devorarlo, destruirlo, hacerlo mierda, para así, en lugar de disfrutar el Arte de tu estrategia, pareciera que preferís sufrir el camino a la derrota, que por cierto, esto el lo que te inventás una y otra vez..
Entonces, tenés que sentir a los estúpidos de siempre, analogizando los estudios analíticos de Freud, Shcopenhauer o la mar en coche.

Mierda, mierda es lo que tenemos grabados en nuestra cabeza y la única manera de alcanzar un estado de felicidad, por llamarlo de alguna manera es, abandonando todo prejuicio o norma que limite nuestra capacidad de sentir o mejor, de Ser.

Bien…así arranqué. Katana en mano destruyendo lo dragones, que dicho sea de paso, por mas sentido figurado que quieras, jamás los dragones existieron. Dejo la espada entonces sobre la mesa y descubro un nuevo sentir, o mejor, reconquisto uno nuevo olvidado, y nada de ello me es ajeno, como el Amor sublime, erótico y sagrado que siento desde las mismas entrañas, que como vos, nos hacen perder la razón. Dejáme quedarme con eso. Con tu lado salvaje, la que no tiene norma ni ley que pueda contener la proximidad de la inmensa cordillera que nos separa, o el abismal vacío que nos une.

NICE DAY