ENCUENTRO
CON LA SOMBRA
(El
poder del lado oscuro de la naturaleza humana)
Carl G. Jung / Joseph
Campbell / Marie-Louise von Franz / Robert Bly / Ken Wilber / Nathaiel Branden
/ Sam Keen / Larry Dossey / Rollo May / M. Scott Peck / James Hillman / John
Bradshaw y otros
Edición a cargo de Connie Zweig y
Jeremiah Abrams
NONAGESIMOTERCERA
ENTREGA
SÉPTIMA PARTE
24. EL PROBLEMA DEL MAL EN LA
ACTUALIDAD (2)
Carl G. Jung
Es
imposible eludir el tormento de la decisión ética. No obstante, por más extraño
que pueda parecer, debemos ser lo suficientemente libres como para evitar el
bien y para hacer el mal si nuestra decisión ética lo requiere así. Dicho en
otras palabras, no debemos caer en
ninguno de los opuestos. En este sentido, el neti, neti de la filosofía hindú nos proporciona un patrón moral
sumamente útil. En determinados casos el código moral se abroga y la decisión
ética se deja en manos del individuo. Esto no es nada nuevo, en definitiva se
trata de una antigua idea conocida en la época prepsicológica como “conflicto
de obligaciones”.
Como
norma general, sin embargo, el individuo es tan inconsciente que suele ignorar
totalmente su propia capacidad de elección y busca ansiosamente en el exterior
normas y reglas que puedan orientar su conducta. Gran parte de la
responsabilidad de esta situación reside en la educación, orientada
exclusivamente a repetir viejas generalizaciones pero totalmente silenciosa
respecto a los secretos de la experiencia personal. De este modo, individuos
que ni viven ni vivirán jamás de acuerdo con los ideales que proclaman, enseñan
todo tipo de creencias y conductas idealistas sabiendo de antemano que nadie va
a cumplirlas y, lo que es todavía más grave, nadie cuestiona siquiera la
validez de este tipo de enseñanza.
Así
las cosas, para obtener una respuesta al problema del mal en la actualidad es
absolutamente necesario el autoconocimiento,
es decir, el mayor conocimiento posible de la totalidad del individuo. Debemos
saber claramente cuál es nuestra capacidad para hacer el bien y cuántas vilezas
podemos llegar a cometer. Si queremos vivir libres de engaños e ilusiones
debemos ser lo suficientemente conscientes como para no creer ingenuamente que
el bien es real y que el mal es ilusorio y comprender que ambos forman parte
constitutiva de nuestra propia naturaleza.
Sin
embargo, aunque hoy en día existan personas que tengan gran comprensión de sí
mismas, la mayor parte de nosotros distamos mucho de poseer este nivel de
autoconocimiento. El autoconocimiento es de capital importancia porque nos
permite acercarnos a ese estrato fundamental, a ese núcleo esencial del ser
humano en el que moran los instintos y radican los factores dinámicos preexistentes
que determinan las decisiones éticas de nuestra conciencia. Este núcleo es el
inconsciente y sus contenidos, acerca de los cuales no podemos emitir ningún
juicio definitivo. Cualquier idea que nos hagamos del inconsciente será errónea
porque nuestra capacidad cognitiva es incapaz de comprender su esencia y de
imponerle límites racionales. Para alcanzar el conocimiento de la naturaleza es
necesaria la ciencia, que amplía nuestra conciencia y, de la misma manera, para
profundizar nuestro autoconocimiento necesitamos de la ciencia, es decir, de la
psicología. No es posible construir un telescopio o un microscopio, por
ejemplo, a fuerza de buena voluntad sino que para ello es necesario tener
profundos conocimientos de óptica.
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