HUGO
GIOVANETTI VIOLA
PURO
VERSO
primera edición: 1989 /
segunda edición aumentada: 1999 / tercera edición aumentada (WEB): 2015
DECIMOTERCERA ENTREGA
CINCO:
DE CUERPO Y ALMA / HOMENAJE A MI PERRA (2)
(Los
siguientes textos fueron creados como un correlato dialéctico de 40 desnudos
expuestos por Horacio Herrera en
2008. Esta es su segunda edición WEB).
11
Ahora mi
alma se paraba en la azotea de la patria a bañarse con estrellas.
Se sentía
una capitana del vuelo.
Entonces
entendí que el gran arte es lo único que alimenta la pureza de los muchachos
que odian el oro sucio.
Le declaré
la guerra a la perrada intelectual y Lola me miraba como si no estuviera loco.
12
Lo
importante es soñar con la felicidad popular porque para el gran arte no hay
nada imposible.
Los
capitanes del vuelo siguen lamiendo nuestros esqueletos con perfección perruna.
Siempre se
cagaron en la incomprensión.
Su pampero
nos despeina en la trinchera estrellada.
13
La magia
de los primeros pintores transfiguró las cavernas haciendo que los bisontes
parecieran enemigos hermosos.
Cuando
vemos al mal completamente quieto reina la paz desnuda.
Y después
que se apagaban las antorchas la tribu volvía a soñar con bisontes terribles.
Pero
algunos soñaban con la belleza.
14
En la
tribu hay payasos que saben dibujarnos a Dios en la boca.
Pero
cuando un falso Chaplin mea contra los murales para ser aplaudido por otros
idiotas la caverna se transforma en un circo del diablo.
Lo que
llamamos cruz es la incomprensión de la pureza.
Mi alma
fue derrotada.
15
Cuando uno
se da cuenta de que los perros resucitan todos los días con la puntualidad del
sol se acuerda de los ángeles.
Pero para
que ellos nos ayuden tenemos que levantar el corazón.
Un ángel
nunca falla.
Los que a
veces quisiéramos no haber nacido somos nosotros.
16
Mi madre
empezó a llamarme desde el cementerio.
Mi alma
seguía yendo a misa y trataba de contemplar nada más que la floración de la
infanta inmaculada.
Pero a
veces se hundía en un vino color pulpo.
Hasta que
terminó arrastrándose por los basurales del puerto igual que una cadáver.
17
El
calabozo de los borrachos es más triste que un nicho.
Y nadie
nos explica que los cementerios se disfrazan de parques para que traicionemos a
la felicidad.
Los
cipreses resucitan casándose con la rosa del poniente.
Y la luna
no besa las mortajas.
18
Ahora mi
alma peleaba contra un mar de alquitrán.
Y volvía
de brindar por el Hombre Nuevo con los pezones rotos.
Los perros
no tienen sed de pequeños paraísos y se olvidan de ser niños apenas ven el
cielo.
Nos
enseñan a lamer la hora de la desgracia.
19
Los
borrachos son ayudados por el diablo a olvidarse de las telarañas verdes que
vomitan sobre la platea.
Y los
pueblos son capaces de festejar la heroicidad duchándose con sangre.
Una vez se
me cayó un pedazo de corazón y lo enterré y recé.
Pero en el
cementerio nadie me dio las gracias.
20
Un día de invierno
me desperté con la garganta llena de arena roja.
Y mientras
mi mujer se vestía heroicamente para ir a trabajar Lola llegó volando desde la
cocina y se estiró a lo largo de toda mi culpa.
Los que
viven para abrigar a los tristes no piden nada.
En el
coágulo terráqueo hay millones de santos.
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