ENRIQUE
AMORIM
LA
CARRETA
Prólogo
de Wilfredo Penco
Montevideo
2004
QUINTA ENTREGA
PRÓLOGO
(5)
La novela, estructura y
visión
Resultan
significativas las condiciones en que se producía la literatura en las primeras
décadas del siglo, al punto que determinaban preferencias por algunos géneros -como
el cuento- y hasta obligaban a otros -como la novela- a necesarias adaptaciones
-el folletín- o a transformaciones internas más profundas, como lo pone de
manifiesto el ilustrativo proceso genético de La Carreta.
El
salto -del cuento a la novela- es, de todos modos, fundamenta para Amorim, y él
mismo lo confesará muchos años más tarde al examinar en retrospectiva su
trayectoria: “Desde La Carreta, mi
narrativa empieza a preocupar a la masa lectora” (42).
El
camino había sido largamente preparado y al fin la Editorial Claridad anunció
en Buenos Aires, en los últimos meses de 1932, la publicación de la novela.
Afiches y anuncios de prensa afirmaban: “La
Carreta, con su carga de vagabundos y quitanderas, si usted la sigue tendrá
una clara visión de la vida aventurera y viciosa de los campos de América, la
novela de Enrique Amorim refleja como ninguna otra la tragedia campesina” (43).
Jorge
Ruffinelli ha asumido que este es “el libro representativo, ‘clásico’ de
Amorim. (…) de admirable uniformidad narrativa y concepción y fabulación mejor
logradas. Pese a tener una básica estructura aditiva -que le permite intercalar
episodios sin que la trama se resienta- la novela tiene una coherencia interior
que gira alrededor de dos o tres asuntos centrales y dos personajes
importantes: Matacabayo y Chiquiño. Sin embargo el verdadero ‘personaje’ de la
novela es la carreta, con su original cargamento: prostitutas que cruzan la
pampa vendiendo amor” (44)
En
un sentido más amplio, el común denominador que atraviesa la novela y le da su
más íntima unidad es la renovada visión que Amorim ofrece del campo uruguayo,
visión que ya había comenzado a definir en narraciones interiores e irá
completando en los años por venir. Jorge Luis Borges observará en el prólogo a
la edición alemana de La Carreta que
“Enrique Amorim trabaja con el presente. La materia de sus novelas es la actual
campaña oriental; la dura campaña del norte, tierra de gauchos taciturnos, de
toros rojos, de arriesgados contrabandistas, de callejones donde el viento se
cansa, de altas carretas que traen un cansancio de leguas. Tierra de estancias,
que están solas como un barco en el mar y donde la incesante soledad aprieta a
los hombres. (…) En las páginas de Amorim, los hombres y los hechos del campo
están sin reverencia y sin desdén; con entera naturalidad, a veces con poética
o atroz naturalidad” (45).
Examinar
cómo funciona La carreta como novela
y cómo se estructura esa visión del campo desde la propia perspectiva
literaria, es una tarea que aporta útiles resultados.
Un
repaso a los quince capítulos de la edición definitiva y el cotejo con los
esquema preliminares de organización permiten aproximarse, sobre la base del
conocimiento previo de los materiales preparatorios que se conservan, a las
formas de diseño tanto en su leve desarrollo argumental como en el engarce de
las escenas y los personajes complementarios que forman parte también del
entramado final de la novela.
Notas
(42) Amorim, Enrique:
Conferencia ob. cit.
(43) El tiraje fue de
3000 ejemplares para una edición popular y de 80 en papel especial a pedido del
autor. Se confeccionaron, asimismo, 2000 carteles con fines publicitarios.
Factura de la Editorial Claridad, Buenos Aires, 12 de noviembre de 1932
Colección Enrique Amorim Impresos Archivo Literario, Biblioteca Nacional,
Montevideo.
(44) Ruffinelli, Jorge:
“Itinerario narrativo”, ob. cit.
(45) Borges, Jorge
Luis: “Vorwort”, en Die Carreta (Roman),
Trad. Vivian Rodewald-Grebin, Holfe, Berlín, 1937. La versión en español de
este prólogo a la edición alemana de La
Carreta fue publicada en El Hogar,
Buenos Aires, el 9 de julio de 1937. Volvió a ser dada a conocer, con alguna
variante y anunciada como inédita en español, con el título “Mito y realidad
del gaucho”, en Marcha, Montevideo,
5 de agosto de 1955. La transcripción sigue esta última publicación.
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