LA CONVERSACIÓN CONSIGO
MISMO DEL
MARQUÉS CARACCIOLI
EL
LIBRO QUE JOSÉ GERVASIO ARTIGAS RELEÍA TODOS LOS DÍAS EN IBIRAY
por
Pedro Gaudiano
(Capítulo VII de Artigas católico, segunda edición
ampliada con prólogo de Arturo Ardao, Universidad Católica, 2004)
TERCERA ENTREGA
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/ ¿Cómo llegó este libro a manos de Artigas?
No disponemos de
documentación que nos permita conocer de qué manera La conversación consigo mismo llegó a manos de Artigas. Sin
embargo, es posible formular algunas hipótesis.
En primer lugar,
Artigas pudo haber obtenido el libro en el convento de la Merced de Asunción
del Paraguay. El Prócer residió allí desde setiembre de 1820 hasta comienzos de
enero de 1821. Elisa Menéndez, al referir la llegada de Artigas al convento de
la Merced, afirma:
“Artigas
se envolvió en silencio, no con ocultos fines, sino porque no le agradaba
hablar de sí y de su obra. Toda su correspondencia, aun en los días de gloria,
es parca en ese sentido. Creemos que al pisar esta tierra (paraguaya) hizo voto
de pobreza y de silencio, pues fueron estas las aristas que sobresalen en su
personalidad de desterrado, y que conservó hasta el último instante de su
existencia” (24)
Una segunda posibilidad
es que Artigas haya obtenido el libro en Curuguaty, donde vivió veinticinco
años. Quizá se lo regaló el párroco de la villa, presbítero Francisco Ignacio
Maíz, o alguna otra persona. Es sabido que cuando el sabio Bonpland visitó a
Artigas en 1831, le regaló un ejemplar de la Constitución del Uruguay. (25)
Por último, cabe
también la posibilidad de que el mismo presidente López o alguna otra persona
le haya obsequiado el libro en Ibiray, donde el Prócer vivió los últimos cinco
años de su vida. También esto es probable, sobre todo teniendo en cuenta que la
Biblia que leyó Artigas en Ibiray pertenecía a la familia López (26).
Hay que tener en cuenta
que la abundante bibliografía de Louis-Antoine Caraccioli era conocida en
Paraguay. En la biblioteca del convento franciscano de Villa Rica, por ejemplo,
hubo veintiuna obras de dicho autor, según un inventario realizado en 1824. El
16 de octubre de 1848 el comandante de Villa Rica, Miguel José Rojas, envió al
presidente López dicho inventario, señalando al margen con una raya los libros
que en ese entonces ya no se encontraban en la biblioteca (27).
Notas
(24) E. A. MENÉNDEZ, Artigas…, p. 209-
(25) Sobre el
artiguismo de Bonpland, vid. supra, cap. IV, apartado 1.1.
(26) Sobre esta Biblia
que leyó Artigas, vid. supra, cap. VI, apartado 3.2.
(27) Vid. el pedido de
informe del presidente López y el inventario de la biblioteca de Villa Rica, en
M. DURÁN ESTRAGÓ, Presencia franciscana…,
pp. 443-451; la autora cita como fuente el Archivo Nacional de Asunción, Vol.
1434 S.N.E. Quizá el comandante de Villa Rica, Miguel José Rojas, pertenecía a
la familia Rojas que alojó a Artigas a su llegada a Curuguaty, vid. supra, cap.
IV, apartado 2.2.
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