ENCUENTRO CON LA SOMBRA
(El poder del lado oscuro de la
naturaleza humana)
Carl
G. Jung / Joseph Campbell / Marie-Louise von Franz / R
obert
Bly / Ken Wilber / Nathaniel Branden / Sam Keen / Larry Dossey / Rollo May / M. Scott Peck / James Hillman / John Bradshaw y
otros.
Edición a cargo de Connie Zweig y
Jeremia Abrams.
CIENTOQUINCUAGÉSIMA
ENTREGA
NOVENA PARTE
EL TRABAJO CON LA SOMBRA: CÓMO
ILUMINAR LA OSCURIDAD MEDIANTE LA TERAPIA, LOS RELATOS Y LOS SUEÑOS
35: LA CURACIÓN DE LA SOMBRA
James Hillman (1)
Analista
junguiano, profesor y prolífico escritor, pertenece a la tercera generación de
pensadores orientados por la obra de C.G. Jung. Fue editor de la revista Spring y director de la prestigiosa
editorial Spring Publications. Entre sus obras cabe destacar The Myth os Analysis; Suicide and the Soul: Insearch: Psychology and
Religion; Re-Visioning Psuchology; The Dream and the Underworld; Loose ends;
Anima: An Anatomy of a Personified Notion: Healthing Fiction; el libro de
entrevistas Inter Views y Puer Papers (Ed.).
La
curación de la sombra constituye un problema moral que nos obliga a reconocer
lo que hemos reprimido, darnos cuenta del modo en que lo hacemos, cuáles son
nuestras racionalizaciones, de qué manera nos engañamos a nosotros mismos, qué
tipo de objetivos perseguimos y a quiénes seríamos capaces de dañar, e incluso
de destruir, para conseguirlos. Por otra parte, la curación de la sombra es
también una cuestión de amor. ¿En qué medida aceptamos nuestros aspectos más
abyectos, desagradables y perversos? ¿Cuánta caridad y compasión mostramos ante
nuestra propia debilidad y enfermedad? ¿Cuál es nuestra participación en la
construcción de una sociedad basada en el amor en la que tenga cabida todo el
mundo?
Yo
suelo utilizar la expresión “curación de la sombra” para resaltar la
importancia del amor, porque si sólo tratamos de curarnos a nosotros mismos y
centramos todo el interés en nuestro “yo”,
el proceso suele degenerar en una atención desmedida a nuestro ego que sólo
conseguirá fortalecerlo y engordarlo para alcanzar sus metas, simples remedos
de los objetivos de la sociedad. Si realmente queremos curar nuestras
debilidades, nuestra obstinación, nuestra ceguera, nuestra insensibilidad,
nuestra crueldad, nuestra falsedad, etcétera, deberemos inventar nuevas formas
de convivencia en las que el ego aprenda a escuchar sus aspectos más
desagradables, aceptarlos y llegar a amar incluso al más abyecto de todos
ellos.
Amarse
a uno mismo no es una tarea nada sencilla porque eso significa amar todo lo que
hay en nosotros, hasta la misma sombra que nos hace sentir inferiores y
socialmente inaceptables. Es por ello que la atención que prestamos a nuestras
facetas más abyectas forma parte del proceso de curación. Pero cuidar de la
sombra, en ocasiones, no significa más que asumirla. Así pues, el primer paso
importante del proceso de curación de la sombra tan sólo consiste -como hacían
los antiguos puritanos o los judíos en su interminable diáspora- en llevar la
sombra con nosotros, es decir, en tomar conciencia cotidianamente de nuestros
pecados, en permanecer atentos para que el Diablo no nos coja desprevenidos, en
emprender un largo viaje existencial cargando una mochila llena de piedras sin
nadie a quien recurrir ni una meta segura que alcanzar. Pero resulta imposible
planificar ese viaje que pretende que nuestros defectos se adecuen a los
objetivos del ego. Por eso es tan difícil amar.
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