SAN
JUAN DE LA CRUZ
NOCHE
OSCURA
SEXAGESIMOQUINTA
ENTREGA
LIBRO SEGUNDO
DE LA NOCHE OSCURA,
TRÁTASE DE LA MÁS ÍNTIMA PURGACIÓN, QUE ES LA SEGUNDA NOCHE (PASIVA) DEL
ESPÍRITU.
CAPÍTULO 21 (1)
Declárase
esta palabra, “disfrazada”, y dícense los colores del disfraz del alma en esta
noche.
1 / Resta, pues, ahora
saber, después que habemos declarado las causas por que el alma llama a esta
secreta contemplación secreta escala,
acerca de la tercera palabra del verso, conviene a saber: disfrazada, por qué causa también dice el alma que ella salió por
esta secreta escala disfrazada.
2 / Para inteligencia
de esto conviene saber que disfrazarse no es otra cosa que disimularse y
encubrirse debajo de otro traje y figura que de suyo tenía, ahora o (para), por
debajo de aquella forma o traje, mostrar de fuera la voluntad y pretensión que
en el corazón tiene para ganar la gracia y voluntad de quien bien quiere;
(ahora) también para encubrirse de sus émulos, y así poder hacer mejor su
hecho. Y entonces aquellos trajes y librea toma que más represente y signifique
la afección de su corazón y con que mejor se pueda acerca de los contrarios
disimular.
3 / El alma, pues,
tocada del amor del Esposo Cristo, pretendiendo a caerle en gracia y ganarle la
voluntad, aquí sale disfrazada con aquel disfraz que más al vivo represente las
aficiones de su espíritu y con que más segura vaya de los adversarios suyos y
enemigos, que son demonio, mundo y carne. Así, la librea que lleva es de tres
colores principales, que son blanco, verde y colorado, por los cuales son
denotadas las tres virtudes teologales,
que son fe, esperanza y caridad; con las cuales no solamente ganará la gracia y
voluntad de su Amado, pero irá muy amparada y segura de sus tres enemigos.
Porque la fe es una
túnica interior de una blancura tan levantada, que disgrega la vista de todo
entendimiento. Y así, yendo el alma vestida de fe, no ve ni atina el demonio a
empecerla, porque con la fe va muy amparada -más que con todas las demás
virtudes- contra el demonio, que es el más fuerte y astuto enemigo.
4 / Que por eso San
Pedro no halló otro mejor amparo que ella para librarse de él, cuando dijo: Cui resistite fortes in fide (1 Petr.
5,9). Y para conseguir la gracia y unión del Amado, no puede el alma haber
mejor túnica y camisa interior -para fundamento y principio de las demás
vestiduras de virtudes- que esta blancura de fe, porque sin ella, como dice el Apóstol, imposible
es agradar a Dios (Hebr. 11,6), y con ella es imposible también dejarle de
agradar, pues Él mismo dice por el profeta Oseas: Desponsabo (te) mihi in fide (Os, 2,20); que es como decir: Si te
quieres, alma, unir y desposar conmigo, has de venir interiormente vestida de
fe.
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