¿POR QUÉ LA FRANCESA NADIA BOULANGER
ES CONSIDERADA “LA MEJOR MAESTRA DE MÚSICA DE TODOS LOS TIEMPOS?
Por Clemency
Burton
(HillBBC Culture / 14-5-2017)
"El maestro más influyente desde
Sócrates". Así describe a Nadia Boulanger uno de los principales
compositores contemporáneos.
Por muy improbable que parezca, esta
dama de apariencia modesta, con ancestros rumano, ruso y francés, quien nació
en 1887 y vivió hasta la edad de 92 años, terminó, de hecho, ayudando a crear
el sonido del mundo moderno.
Su lista de
estudiantes de música se lee como el Salón de la Fama del siglo XX: Leonard Bernstein, Aaron Copland, Quincy Jones, Astor Piazzolla,
Philip Glass, John Eliot Gardiner, Daniel Barenboim, Elliott Carter.
Todos estos gigantes de la música,
tan diferentes pero tan innovadores en sus modos de hacer, estudiaron con
Boulanger. Ella les proporcionó una base rigurosa en
el análisis musical académico, pero de alguna manera le permitió a cada uno encontrar su propio lenguaje distintivo:
tal vez la definición misma de lo que hace un gran maestro.
No es exagerado,
pues, considerar a Boulanger como la pedagoga musical más
importante de la era moderna, o incluso de cualquier otra época.
Aunque su base de enseñanza estaba en
el apartamento de la familia en 36 Rue Ballu, en el noveno distrito de París,
también enseñó en Estados Unidos y el Reino Unido, y trabajó con los
principales conservatorios, incluyendo Juilliard School, Yehudi Menuhin School,
Royal College of Music y Royal Academy of Music.
Con tal
contribución, también podría ser descrita como la mujer
más importante en la historia de la música clásica.
Rompiendo barreras
No es que ella apreciara la atención
particular a su sexo. Ser mujer no significó, para Boulanger, ninguna barrera
aparente para alcanzar sus metas. Además de su notable carrera docente, se
convirtió en la primera mujer en dirigir muchas de las principales orquestas
sinfónicas estadounidenses y europeas, entre ellas la BBC Symphony,
la Boston Symphony, la Hallé Orchestra y la Filarmónica de Nueva York.
Boulanger fue también mentora de Igor
Stravinsky y una ferviente promotora de su música cuando la mayor parte del
mundo musical dudaba de su genio. También fue responsable del estreno de una serie
de innovadoras composiciones mundiales.
Figura oculta
Pero sé
honesto: ¿has oído hablar de ella alguna vez?
El nombre de Boulanger sigue siendo
ampliamente desconocido fuera de los círculos de élite de la música clásica, a
pesar del impacto asombroso que tuvo en la banda sonora de todas nuestras
vidas, no solo en el mundo clásico, sino también en el jazz, el tango, el funk
y el hip-hop.
Es francamente inimaginable que un
hombre con un grado similar de influencia sobre la música del siglo XX hubiera
sido tan ignorado. Sin embargo, Boulanger no era nada tímida. Al decir de
todos, era una mujer feroz, intransigente y contundente: carismática,
leal y apasionada, pero también difícil y complicada.
Se moría de envidia por su joven
hermana Lili, compositora genial que, a los 19 años, había sido la primera
mujer en ganar el prestigioso Prix de Roma, pero a los 24 murió de tuberculosis
intestinal (ahora conocida como enfermedad de Crohn). Nadia, al igual que Lili,
también había entrado en el Conservatorio de París para estudiar composición a
la tierna edad de 10 años, pero nunca recibió mucha aclamación como
compositora.
Después de la
muerte de Lili, en lugar de permitir que el nombre de su talentosa hermana se
desvaneciera, como suele ser el comportamiento de muchos hermanos celosos,
ella convirtió la promoción y defensa incesantes del genio musical de
Lili en una misión de su vida y su carrera, programando sus
obras junto a un repertorio más canónico hasta el final de su trayectoria
profesional.
Aterradora y
asombrosa
Es un poco difícil dar el salto
imaginativo de los salones de París de principios del siglo XX a los ritmos de
discoteca de Quincy Jones, productor predilecto de muchos artistas populares,
desde Frank Sinatra a Aretha Franklin y Michael Jackson. Pero en el BBC Proms
del pasado año, Q, como se conoce a Quincy Jones,
me dijo con toda seriedad que debía todo lo que era como
músico a su temprana instrucción, en la década de 1950 en París,
bajo Nadia Boulanger.
Me divierte imaginar lo que Boulanger
-quien murió en 1979- habría hecho, por ejemplo, con Thriller, que Jones produjo para Jackson tres años después y que
sigue siendo el álbum más vendido de todos los tiempos, con más de 65 millones
de copias.
Q me dijo que Boulanger tenía una
manera singular de alentar y provocar la voz propia de cada estudiante, incluso
si ellos no estaban aún conscientes de lo que esa voz podría ser. Para haber
sido una pequeña anciana francesa de cabello canoso, también era -bromeó-
aterradora.
"Ella solía decirme todo el
tiempo: Quincy, su música nunca puede ser más, o menos, que lo que usted es
como ser humano. A menos que tengas la experiencia de vida y tengas algo que
decir de lo que hayas vivido, no tienes nada que contribuir en absoluto... Ella
era fuerte. Realmente fuerte".
Debemos aclamar a la mujer que
contribuyó tanto, con tan poca fanfarria, a la historia de la música de los
siglos XX y XXI. "Nadia Boulanger", dice Quincy Jones, "fue la
mujer más asombrosa que he conocido en mi vida".
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