ANTONIN ARTAUD
EL TEATRO Y SU DOBLE
Traducción
de Enrique Alonso y Francisco Abelenda
SEXAGESIMOCTAVA
ENTREGA
10
CARTAS SOBRE EL LENGUAJE
PRIMERA CARTA (3)
París, 15 de noviembre de 1931
A M. B. C.
Alguien podrá señalarme
aquí el alto valor dramático de todos los grandes trágicos, en quienes domina
aparentemente el aspecto literario, o en todo caso el aspecto hablado.
A esto responderé que si
hoy parecemos tan incapaces de dar una idea de Esquilo, de Sófocles, de
Shakespeare, es, verosímilmente, porque hemos perdido el sentido de la física
de ese teatro. Hoy se nos escapa el aspecto directamente humano y activo de un
modo de hablar y de moverse, de todo un ritmo escénico. Aspecto que debiera
tener tanta importancia o más que la admirable disección hablada de la
psicología de sus héroes.
En ese aspecto, por esa
gesticulación precisa que se modifica con las épocas y que actualiza los
sentimientos, podrá encontrarse otra vez la profundidad humana de ese teatro.
Pero aun así, y aunque
esa física existiera realmente, yo seguiría afirmando que ninguno de esos
grandes trágicos es el teatro mismo; asunto de materialización escénica y que
sólo vive de materialización. Dígase si se quiere que el teatro es un arte
inferior -y habrá que comprobarlo-, pero el teatro es una cierta manera de
amueblar y de animar el ámbito de la escena, una conflagración de sentimientos,
de sensaciones humanas, en un punto dado, y que crean situaciones en suspenso,
pero expresadas en gestos concretos.
Y todavía más: tales
gestos concretos han de tener una notable eficacia, que haga olvidar hasta la
necesidad del lenguaje hablado. Pero aunque el lenguaje hablado exista, debe
ser sólo una respuesta, una tregua en el espacio agitado; y el cemento de los
gestos ha de alcanzar, a fuerza de eficacia humana, el valor de una verdadera
abstracción.
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