Unos pasitos mas...

Ya entrados en el siglo XXI, pareciera que recién nos desayunamos que aún continuamos a la deriva de la justicia social tan básicas, como puede ser la alimentación, por ejemplo. Ni que decir de la vivienda, la educación, la vestimenta y tantas otras cosas que vistas desde las perspectivas del último cuarto del siglo pasado, nos hace pensar que vamos camino en reversa.

Cuando la tecnología pareciera, de acuerdo a los discursos evolucionistas que vendría no solo a simplificarnos las tareas, sino a regalarnos confort y dejarnos más tiempo libre para disfrutar, los titulares de las agencias noticiosas de no se sabe donde, nos anuncian que aumentará el hambre y la desigualdad social y esto lógicamente olvidándonos de África…que no se que se espera con mas pobreza sobre un terreno arrasado de miseria, y ni que decir de nuestra queridísima America Latina que padece del mal crónico de estar siempre en vías de…

Por si todo esto fuera poco, los modelos de desarrollo pregonados, prometidos como si fuéramos unos burros con una zanahoria delante, es como los matrimonios, que diga quien conoce el matrimonio que nos resulta un ejemplo a seguir…sencillamente, no existe, nos vendieron algo mucho mas peligroso que una utopía, nos vendieron en definitiva si se quiere, una Fe prefabricada, haciéndonos renunciar a la que por naturaleza nos pertenece y nos vincula a la Vida, a Dios. Así, el hombre moderno, es un producto de mercadeo donde la frustración es el motor de desarrollo de la industria y que por supuesto, esta industria, no responde a los intereses de una comunidad, sino de algo que han hecho tan intangible, como llamarle capital global, a lo especuladores de la angustia de los pueblos.

Es por eso que en definitiva, hoy mas que nunca se hace necesario decir basta a toda esta basura que nos impregna las conciencias, y aprender, de aquellas revoluciones que pareciera que dijeron una especie de “córrete tu, que me toca a mi”, y ver por ejemplo, como los íconos generacional de la insurrección a los modelos establecidos, son hoy, logotipos e isotipos de artículos de consumo suntuario, para darnos cuenta que nada va a cambiar, mientras nuestra actitud personal, siga siendo condescendiente con la angustia de nuestra derrota. Es hora, mis queridísimos amigos, que tendremos que enarbolar definitivamente las banderas del Amor, lleno de verdad y misterio, sabiendo que podremos hacernos mierda una y otra vez, pero la Fe, la alegría, el sueño, la esperanza, el afecto, el abrazo, el beso, el cariño…es verdad, puede no ser nada, pero es lo suficiente para sabernos victoriosos, constructores de un nuevo amanecer, posible, tangible donde la hipocresía, sea la pena capital y la mentira, el engaño, motivo del desprecio de los semejantes donde todos juntos, sin duda, construiremos un mundo mucho mejor.
Si. Vale la pena.
Los quiero mucho.

NICE DAY